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Juanjosé Rivas

GROAR


SCORE: 9

 
 

El artista mexicano Juanjosé Rivas presenta una obra donde el lenguaje y la musicalidad se difuminan de manera involuntaria, gracias a intervenciones que nos pueden remitir a la musique concrète.

Inmerso en la pandemia, el artista sonoro Juanjosé Rivas lanzó, casi a finales del año pasado, material bajo un interesante concepto: tarjetas postales que funcionan como flexidiscs, en las que los paisajes que se pueden apreciar desde su ventana en la ajetreada CDMX, son plasmados en sonido gracias al uso de grabaciones de campo y artilugios electrónicos. Ahora, en esta producción más reciente, Rivas, con cierta ironía, somete al audio-documental Folkways History of Broadcasting: Language as Arts a un tortuoso proceso en el que pone de cabeza su tema central (el lenguaje, claro está), aptamente bautizándolo con una onomatopeya primitiva: GROAR.

Al estar acompañado de manifestaciones aurales, y al ser manipulado de diferentes maneras (slapback delay, cambios de tono y velocidad, repeticiones en bucle) el lenguaje poco a poco pierde sus cualidades comunicativas para revertirse a un estado primigenio. Los enunciados son claros y con mensajes concretos (“Squaw dance”) hasta que Rivas decide intervenirlos y el resultado puede remitirnos, en parte, a la musique concrète (aunque sin esa cualidad vintage que este género siempre emana), o a las prácticas de artistas como Pierre-André Arcand.

A pesar de la variedad de sonidos, texturas y de la superposición de una voz por encima de la otra, así como la inclusión de sampleos de otros elementos aparte de la voz (derivados del mismo audio documental), las piezas de Rivas no se sienten como típicos collages sonoros pues hay un distanciamiento muy marcado entre el sonido y las palabras. Hay cadencia, ritmo y melodías involuntarias que se forman gracias a las repeticiones, pero esto no es precisamente música; de hecho, el lenguaje musical es otro blanco de la crítica de Rivas. No obstante, nuestro cerebro se encargará de integrarlo como tal para tratar de darle dirección a todo este caos.

A pesar de ser volátil, hay una fórmula clara que se manifiesta a lo largo de GROAR: el lenguaje toma el mismo rumbo que los sonidos que le rodean, difuminando las diferencias de la fonética y la musicalidad; las palabras pasan a transformarse en un sonido más. “Truth beauty” funciona como un ejemplo destacable, pues a medida que ese sonido punzante e insistente se vuelca sobre sí, tornándose más y más caótico, las palabras parecen querer imitar esa vorágine, destruyendo su mensaje al incurrir en frenéticos cambios de velocidad y tono.

“Shutting a tomcat’s tail in a rusty escalator” tiene un momento bastante chusco en el que podemos escuchar la frase “…language is a function of…” sólo para pasar a deformarse, dejándonos a la expectativa de una respuesta. En el audio original, la frase completa dice que el lenguaje se acopla a la ocasión o contexto en que este es utilizado (language is a function of occasion) y el capítulo termina haciendo la declaración de que el lenguaje es un reflejo de la cultura. Al explotar la maleabilidad del lenguaje, Rivas termina por reafirmar esta tesis reflejando la fragilidad de los sistemas que nos hemos inventado para sobrellevar nuestra existencia y que, muchas veces, terminan siendo obstáculos. A veces, un mensaje es más efectivo cuando el método empleado trasciende lo convencional, cuando lo único que queda por decir es ¡GROAR!