Mateo Hurtado
All The While Staying Perfectly Still
SCORE: 7 mantras de 10
El primer lanzamiento de Mateo bajo el sello Secuencias Temporales no es tanto una oda al minimalismo sino a saber administrar adecuadamente recursos limitados.
Si bien se ha teorizado que la repetición en la música es casi una necesidad, la experiencia de cada oyente con ella puede variar. Algunas personas preferirían quedarse sordas antes de tener qué escuchar "Around the World", pero podrían no tener problema al escuchar La Monte Young. Sin embargo, la intención de cada artista, sin importar el género, se mantiene constante: hay un deseo por evocar una sensación de inmersión tan intensa, para que el oyente se convierta en uno solo con esos insistentes patrones rítmicos. Pero lo que separa al buen uso de la repetición de la simple monotonía, es la capacidad de enganchar y hacer que la audiencia esté dispuesta a prestar atención a cada detalle que se presente. Nadie quiere que a sus piezas se le adjudiquen lánguidas descripciones como "relajante" o "buena música para (hacer lo que sea, excepto escuchar las canciones)", y menos aún cuando su objetivo principal es proporcionar una experiencia casi sagrada. Mateo Hurtado es uno de esos artistas que aspiran a lo espiritual.
La música ritualista se vale de un intenso uso de repetición para inducir un estado de trance en el oyente y abrirlo a un estado alterado de conciencia. Si tomamos esta premisa y la transponemos a un entorno secular, podremos encontrar que uno de los géneros que más se apega a este concepto, es la música electrónica. La mezcla es bastante interesante cuando uno considera los dos elementos anacrónicos que se fusionan: ritmos tribales e inherentemente primitivos que se componen y tocan en un software de vanguardia, reventando a través de unas bocinas en alguna bodega abandonada, un persistente símbolo de la impaciencia del capitalismo.
Hacer mención a un sistema económico parece apropiado, ya que All The While ... -el primer lanzamiento de Mateo bajo el sello Secuencias Temporales- no es tanto una oda al minimalismo sino a saber administrar adecuadamente recursos limitados. Hurtado usa la misma fórmula en todo el álbum: un beat rodeado de texturas y sonidos que se abren paso a través de los patrones rítmicos; su presencia es tímida al principio, pero lentamente van ganando fuerza conforme avanza la canción. Cada pista se mueve con urgencia y tensión, cubriéndose poco a poco con una capa de misteriosos efectos sonoros, los cuales poseen un aire arcaico. Las bajas frecuencias retumban desde el subsuelo y las texturas modulares suenan como si se hundieran y emergieran; como si se desmoronaran y reformaran.
El productor también tuvo como objetivo lograr una sensación de equilibrio. Los beats en All The While... no suenan exageradamente sintéticos y los discretos efectos que los acompañan incluso pudieran pasar como grabaciones de campo, pero hay un aura antinatural muy presente en todo momento. Cada pieza del álbum está teñida de un tenue y metálico resplandor, pero su opacidad nunca termina sintiéndose amenazadora u ominosa, incluso cuando cada textura parece provenir de profundidades cavernosas.
Si bien el uso de la repetición, en su mayor parte, se siente vital para las pistas, hay un momento a la mitad del LP en el que uno puede tener la sensación de que el artista ya ha agotado su idea principal, lo que hace que el resto se torne redundante. No es un problema de calidad en sí, ya que la producción sigue siendo tan prístina como en los tracks anteriores, pero la resistencia de Mateo para inyectarle matiz a su enfoque minimalista compromete el nivel de inmersión que se había estado generando. Ni siquiera se podría argumentar que el álbum deba consumirse como una sola pieza, pues, haciendo a un lado el hecho de que todas tienen la misma estructura, no hay hilo que logre unir estas canciones.
El agudo ostinato en "Extending Into the Sky (Like Twigs)" brilla como pequeñas ráfagas de luz provenientes de una distancia no muy lejana, como si por fin nos estuviéramos acercando a una salida de las profundidades en las que estábamos atrapados; incluso, el beat se mueve con más libertad. Ya sea accidental o parte de un arco conceptual, la variación es bienvenida, aunque su llegada resulta un tanto demorada.
En cuanto a la producción, esta es una experiencia muy satisfactoria. All The While… tiene una profundidad bastante tangible, y hasta en su forma más esquelética, los sutiles detalles sonoros proporcionan una muy necesitada espina dorsal para las canciones, ya que los ritmos pueden llegar a sonar muy "relajantes" después del tercer track. Hurtado muestra una gran habilidad para hacer funcionar los pocos elementos que elige tener a su disposición, y sus piezas logran dan la impresión de retener algo sagrado dentro de ellas. Todo el álbum gira en espiral hacia adentro y hacia el exterior, imitando la cadencia de un ejercicio de respiración, y aunque se torne agotador demasiado rápido, Mateo nos ha demostrado que puede dotar de vida a su música al proporcionarle un cuerpo y un alma.