Braulio Lam sigue demostrando las posibles combinaciones que se esconden en esa paleta aural que ha estado manejando desde Soundtrack for Vision (2016), pero ahora expande su sonido añadiéndole toques dub.
Las piezas sonoras de Braulio Lam son un magistral ensayo en meticulosidad; cada elemento espera paciente para poder entrar en escena y poco importa si este extiende su existencia a lo largo de toda una canción o si su presencia es efímera. Las estructuras a veces parecen no evolucionar, quedándose ensimismadas y absortas en sus propias texturas. En otras instancias, las transiciones pasan desapercibidas, pero es porque el compositor ve a futuro. Se imagina el resultado final y lentamente nos va guiando a través de sus complejas edificaciones sonoras, las cuales están llenas de un discreto y paciente virtuosismo que podría describirse como arquitectónico más que musical. Al final nos damos cuenta de que cada aparente estancamiento, cada pausa y cada transición abrupta tenía un propósito.
En Long Exposure, Lam sigue demostrando las posibles combinaciones que se esconden en esa paleta aural que ha estado manejando desde Soundtrack for Vision (2016) -con sus respectivos guiños a Andy Stott, William Basinski y GAS- pero ahora expande su sonido añadiéndole toques dub. De hecho, si se presta atención a sus trabajos anteriores, se puede apreciar que la influencia de este género ya era latente; sin embargo, su acercamiento siempre ha sido desde el ámbito de la producción. Sólo basta escuchar la presencia que tienen los bajos, como vibran con grosor y cómo los beats retumban con un espacioso y agudo eco.
Este LP podrá no transmitir mucha emoción, pues sus componentes son bastante cerebrales, pero lo compensan generando intriga, haciendo que el escucha se pregunte cuántos artefactos fueron utilizados para componer las piezas, cómo fueron programados, cuánto tiempo tardó el artista en lograr todas las texturas presentes a través de la manipulación y el acomodo de samples; de esta manera, Braulio logra mantenernos atentos a lo largo de cada corte. Las similitudes con sus trabajos anteriores denotan que Lam se siente cómodo dentro de lo abstracto. Sin embargo, esto parece reservarlo sólo para sus compilados, pues en muchos de los tracks que lanza por separado vía Soundcloud o YouTube, vemos otra cara -una más sensible- con un enfoque más hacia lo sublime que a lo meramente frío y calculado.
Hay breves pasajes en los que los vestigios de estructuras "normales" se asoman entre la densidad sonora, generando espacios que funcionan como salas lounge para poder tomar un respiro. Esto nos remite a unos emergentes The Orb, quienes se encargaron de popularizar el lado más tranquilo de la música electrónica, precisamente para crear un ambiente ameno dentro de los ajetreados raves y así ayudar a los asistentes que querían descansar (o "bajar avión"), a hacerlo en un espacio relajado lejos del bullicio. Así se siente el ritmo ambient house en "24-35mm"; este llega después de varios minutos de un punzante y persistente compás que va tomando diferentes formas durante la marcha. Comienza con una ligera distorsión que poco a poco se va disipando hasta transformase en un ritmo dub mutante. Cuando por fin llegamos a la parte ambient house, esta tarda en materializarse por completo; primero se escucha distante y lentamente va aumentando su presencia. Todos estos cambios dan la impresión de ambientar un one-take de un ajetreado recorrido por un concurrido edificio, pasando por diferentes cuartos, hasta llegar a ese espacio de calma que tanto necesitábamos. Después de todo el tumulto, el track se esfuma y nos encontramos de nuevo en un laberinto.
"14mm" es lo más cercano que tendremos a un sonido dub estándar en manos de este compositor y aún así, se trata de un dub desmenuzado, expuesto bajo la lupa para que podamos ver cada detalle que le da forma. Su amplia producción remiten al trabajo más atmosférico de Lee "Scratch" Perry, y sus tintes oscuros nos podrán recordar un poco a unos Massive Attack un tanto fragmentados. "28mm" tal vez sea demasiado angular u obtusa para su propio bien, pero toda su extrañeza guarda un ligero encanto; es una canción desconectada, en la que sus partes (ritmo y melodía) apenas se están reconociendo entre ellas y gradualmente se van familiarizando con su entorno. Conforme el álbum avanza, nos encontramos con diferentes juegos de profundidad. En algunas piezas, los elementos presentes cuentan con espacio suficiente para moverse y en otras, la producción se siente un poco más enclaustrada. De esta manera, Exposure juega con un hilo conceptual, el cual se relaciona con los diferentes distancias focales que sirven de título para cada corte. Esta relación con lo pictórico, lo podemos encontrar a lo largo de toda la discografía del tijuanense; desde los títulos de sus álbumes, hasta en esas texturas logradas por la genial manipulación sonora, pues su posición dentro de la mezcla es tan vívida y tan definida, que es imposible que al escucha no le lleguen a la mente lúcidas imágenes en HD o fluidas secuencias cinemáticas. Me atrevería a decir que Lam compone más desde una postura visual que auditiva.
"135mm" es el tema más etéreo de todo el compilado; un efervescente drone que pareciera detener el tiempo para absorber cada rayo de luz disponible y poder realzar los detalles de una panorámica imagen. No hay beats ni acompañamiento alguno, sólo una textura alargada que se apaga súbitamente. Long Exposure llega a su final en el momento exacto; de haber añadido más tracks, la obra pudo haber caído en la redundancia o tornarse en una placa demasiado exigente.
Con este álbum, queda claro que hacer ambient va muchísimo más allá del tonto estereotipo de que este género sólo consiste en tocar una o dos notas y embarrarles de delay y reverb para que estos efectos hagan lo suyo, compensando la "falta de habilidades musicales". Claro que hay muchos proyectos que se valen de esa técnica con buenos resultados, pues al menos saben elegir bien qué notas usar y su poder se encuentra más en el aspecto emocional, pero la complejidad de obras como esta o como el trabajo de Gaspar Peralta, remarcan la falta de compromiso (y en algunos casos, la mediocridad) de muchos artistas que parecieran querer colgarse de este estilo sólo por moda o por la vaga idea de que hacer música abstracta de alguna manera los reivindica como músicos experimentales.
Long Exposure podrá no ser para todo el público, y sí, probablemente podría beneficiarse de un poco más de sensibilidad, pero si algo es seguro, es que esta placa se coloca junto a Entre el Clamor a Coro de las Estrellas del Alba (2018) y Six Asymmetric Studies (2019) en una triada que representa lo mejor de la música experimental contemporánea a nivel nacional.