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Angel Peralta Trio

No, No Podemos


SCORE: 7.7 Naked Cities de 10

 
 
 

No, No Podemos es un homenaje a los complejos sonidos del rock progresivo y jazz fusion de antaño, pero con un indiscutible toque moderno que tiene de elegante lo que tiene de colérico y nocturno; es el equivalente a ver un clásico film noir en 4K. 

La primera vez que vi a Angel Peralta en vivo, quedé enganchado. No porque no haya escuchado algo similar con anterioridad, pero no había escuchado algo similar a nivel local y fue agradable compartir escenario -estando en una banda de rock- con un conjunto de jazz. Desde entonces he seguido su trabajo y desde entonces he tenido que defender mi postura, pues cada que menciono su nombre me topo con las mismas reacciones por parte de los demás.

Admito que muchas veces no suelo distinguir muy bien entre lo que excede mis capacidades y el verdadero talento, pero es por el simple hecho de que quiero mantenerme al margen de la hipocresía y odio a ciegas que tanto plaga la escena local; muchos de los comentarios que he recibido respecto a Peralta rara vez tiene qué ver con la música, y aún cuando se da lo contrario, las opiniones siempre están mermadas por una desagradable experiencia a nivel personal. Mi posición siempre ha sido la misma: no hay nada malo con que alguien no te agrade, lo que no está bien es privarte de disfrutar algo sólo por quien lo está llevando a cabo, así como tampoco está bien dejar la objetividad a un lado para llenar a alguien de elogios sin merecer debido a algún lazo filial o sentimental.

Aunque sí me considero fan, soy el primero en aceptar que la música de Angel no es perfecta, pero sería irreal tener dichas expectativas cuando ni siquiera las tengo por mis artistas favoritos, aquellos que están más consolidados. Mucho del respeto que le tengo al tecladista se debe a su afán por operar fuera de los estilos que ya son la norma en esta ciudad. Puede que su estilo no sea completamente transgresor o vanguardista, pero tampoco se trata de insípido rock alternativo ni de un proyecto que suponga estar creando un nuevo género.

En su primer LP como un trío, Angel rinde homenaje a los complejos sonidos del rock progresivo y jazz fusion de antaño, pero con un indiscutible toque moderno que tiene de elegante lo que tiene de colérico y nocturno; es el equivalente a ver un clásico film noir en 4K. A pesar de que un caveat de estos géneros es que mucha de su grandeza se esconde tras la indulgencia del virtuosismo de cada músico, No, No Podemos no se siente como un mero desplaye de habilidades técnicas sin propósito alguno; todos los instrumentos están ocupados manteniendo frenéticos tempos pero todas las proezas técnicas son en pro de las piezas en cuestión.

Esto resulta paradójico, pues la única canción que realmente logra proyectar la locura desmesurada que el artista quiere plasmar, es “Halt! Stoj!". Sí, el bajo y batería están en exagerada sincronía, pero todo lo que los rodea se siente caótico y azaroso (aparte, el groove que ambos instrumentos logran es oro puro). La pieza regresa a una instancia primaria -más sencilla- de sí misma y lo hace sin esfuerzo, demostrando que no todo debe ser extremadamente complejo. El álbum no se queda corto de momentos como este, con sus alocados destellos de malvada genialidad, pero en su mayoría se siente bastante calculado, sin alguna chispa de espontaneidad. La pieza homónima tiene cambios que no se sienten tan sueltos como el artista pudiera pensar, pero la intensión es sincera y la canción -con sus guiños a la obra de John Zorn- es bastante buena.

El trío compensa la falta de soltura creando piezas con profundidad que, aparte de una meticulosa composición, muestran una inclinación hacia el uso y confección de texturas sonoras, tomando ventaja de diferentes manifestaciones tímbricas. El bajo suena amedrentador pero con bastante groove, como en las instancias más agresivas de Gong y la distorsión en el teclado y guitarra dan la impresión de estar escuchando a un Mahavishnu Orchestra infante o a Miles Davis comenzando su periodo eléctrico.

De "Halt!" a "Migrante Yugoslavo", el grupo tiene una racha perfecta de grandes canciones que muestran diferentes estados de ánimo y estilos: "Halt!" con sus inclinaciones al free jazz y "Everything in its Right Place" muestra un enfoque más moderado (y sus últimos minutos podrían ser la base para una increíble canción original), pero el track que, con indiscutibles creces, se lleva el puesto de la sorpresa más grata dentro del álbum, es "Because Music and Performing Does Not Make Sense". Esta parece ser una pieza en solitario de Peralta -que se acredita como el único tecladista en el álbum- y muestra cuánto crecimiento ha experimentado el músico, pues una de las críticas más frecuentes a su estilo es que puede ser un tanto histrión, enfocándose más en llenar cada barra con un sin fin de notas sin dejar espacio para respirar, pero parece que finalmente ha aprendido la importancia del contraste y la reserva.

En la ausencia de otros instrumentos, la serenidad que emana ese ostinato cristalino y en constante crecimiento, se siente como finalmente encontrar un rostro familiar dentro de un espacio lleno de desconocidos. “Because Music…” también representa uno de los mejores usos de samples en este LP: la infame entrevista que David Byrne se hace a él mismo, en la que habla sobre Stop Making Sense (la película-concierto de Talking Heads) y justifica el uso de su, ahora icónico, traje gigante.

     No Podemos mantiene un impulso constante, pero la sensación de fluidez que se estaba logrando con estos maravillosos instrumentales se frena un poco al final, por una pieza que, aunque decente, cuenta con una actuación vocal bastante insípida. Angel no es ajeno a la fusión de hip-hop y jazz (al menos en una ocasión, dejó que su lado BBNG aflorara e irrumpió en una increíble versión en vivo de "Orange Juice"), pero en "Producto Bruto", el rap de The Huge Class es simplemente aburrido y se interpone en el camino de la música. Afortunadamente, la falta de química no es un problema y el resultado final es una pista bastante enérgica (principalmente debido a una sección rítmica bastante ajustada) pero no se siente como un cierre adecuado; la música se detiene en un anti-clímax para dar paso a un sample que simplemente termina, y lo hace sin la gravitas de la declaración final que Byrne hace en "Because Music...".

Quizás ese track debió dar cierre a esta placa. Quizás "Producto Bruto" debió ser otra pieza instrumental. Quizás estos comentarios son una pérdida de tiempo porque el álbum ya está hecho y así es como decidieron acomodarlo. Además, ser un proyecto basado en Tijuana, con un álbum en el que siete de los ocho temas son bangers y que ve más allá de lo que sea que los algoritmos dicten como el sonido del momento, es todo un logro en sí mismo.