Convocation
Ashes Coalesce
SCORE: 8.8 de 10
Para su segundo álbum, el dúo finlandés sigue tomando inspiración de algunas de las ramas más extremas del metal, sólo que esta vez, el efecto es doblemente devastador: se trata de una mejora innegable, ya que no sólo es una obra pesada, sino también emocionalmente aplastante y compleja.
"Sofisticado" y "elegante" pueden no ser precisamente dos adjetivos que uno usaría para describir canciones o álbumes gestados en los cauces más extremos del metal. En el caso de que sea necesario usarlas, debe hacerse con precaución, ya que a los ojos de los fanáticos -o de los propios artistas- esas palabras pueden ir en contra de la idea de hacer este tipo de música. No obstante, hay algunos álbumes que, dentro de todo su exceso, no se pueden describir de otra manera, y el segundo metraje de Convocation es uno de ellos, pues combina elegantemente elementos de doom y death metal con un toque muy sutil de prog que se esconde dentro de su compleja composición y vasta instrumentación.
Convocation lleva cuatro años existiendo, y en este periodo relativamente corto han podido crecer musicalmente sin tener que comprometer su esencia. Scars Across, su álbum debut, era una envolvente nube negra, adornada con teclados y sintetizadores que brillaban como tímidos estallidos de luz en medio de todo el ambiente sombrío creado por los gruñidos y las guitarras; pero incluso con todos sus matices, seguía siendo un álbum doom sin más ni menos. Para Ashes Coalesce, el dúo finlandés sigue tomando inspiración de algunas de las ramas más extremas del metal (funeral doom, death metal) sólo que esta vez, el efecto es doblemente devastador: esta es una mejora innegable, ya que no sólo es una obra pesada, sino también emocionalmente aplastante.
La producción es tan completa que cada tema, especialmente "The Absence of Grief", tiene una presencia tan densa que puede afectar el espacio donde se está reproduciendo; se trata de música bastante física. Con su ritmo letárgico y su tono extremadamente pesado, este álbum tiene el mismo efecto que mirar una gigantesca estructura arquitectónica desde el piso hasta su punto más alto: la sensación de achicamiento es majestuosa. Aunque un aire melancólico está presente en todo momento, hay algo glorioso y extrañamente optimista al respecto; esta complejidad anímica no es algo que muchos proyectos de funeral doom puedan lograr, no sin tener que sacrificar un poco de su oscuridad. Sin embargo, Convocation logra permanecer en las sombras, como seres demoníacos a quienes se les ha otorgado un poco de sensibilidad.
Con un intro que suena a unos Bell Witch con guitarras, "The Absence ..." vira rápidamente a un territorio propio; de una cierta manera, el track -y el álbum en general- suenan casi sinfónicos debido al papel activo que toman las cuerdas y los sintetizadores. La mayoría de los proyectos de funeral doom se conforman con el uso de notas pedales en el órgano para crear acordes más completos, pero Convocation deja que los teclados se muevan libremente en cada canción, creando pasajes instrumentales muy atractivos. Por supuesto, todo esto se maneja con moderación ya que no se trata de un álbum de metal progresivo; la indulgencia excesiva no tiene cabida aquí. El dúo también sabe aprovechar las diferentes cualidades tímbricas de los instrumentos en lugar de limitarse a un solo sonido; los vibrantes matices del órgano en "Portal Closing" le dan un tono casi psicodélico.
Muy en línea con su naturaleza extrema, Ashes Coalesce es bastante intenso: la entrega vocal es tan poderosa que hará que te duela la garganta; incluso los pocos versos limpios agregan mucho peso por su cualidad -casi- operística. Debido a los aletargados compases y vasta instrumentación, las piezas terminan sintiéndose más largas de lo que son, haciendo que Ashes Coalesce sea una experiencia sofocante y agotadora, pero el dúo deja algo de espacio para respirar con "Portal Closing". Repitiendo el arpeggio y la melodía de "The Abscence ..." antes de desaparecer en el éter, este track le da un final perfecto al disco, fluctuando entre optimismo y melancolía; esta ambivalencia hace que Ashes Coalesce se sienta como haber tenido acceso simultáneo a todos los misterios de la vida, tanto los buenos como los oscuros.