Jorge David [et al]

Impermanente Obra Negra


 
 

por Rossana Lara

OTONO está lejos de ser un sello ajeno a la experimentación sonora, pero ION podría tratarse de uno de sus lanzamientos más abstractos hasta la fecha.

et alii: <<y los otros>>…

¿Qué existe como otr@? ¿Cómo habita el espacio acústico de la memoria? ¿Cuántos sonidos soy mientras escucho? ¿Qué otr@s cuerp@s co-editan y mezclan esta voz que al resonar en el aire se asocia con un nombre propio?

“No hay obra sin archivo” podría ser la premisa estética de ION. Y en el archivo de la experiencia no hay orden establecido, lectura unificada, voz de autoridad, ni evidencia que resista el tiempo. Como organismo sujeto a una continua adaptación el archivo evita el reposo, la distensión, la armonía consonante, el silencio como última palabra. El archivo no está en el registro, sucede al componer: en el momento crítico, catártico del montaje conducido por un ensamble invisible de escuchas. Así es como en ION el resultado sonoro hace oír a cada instante la densidad de un enjambre; enjambres de enunciados, enjambres de deseos y paralenguaje, síntesis digital, cut-ups de gestos instrumentales, grabaciones de campo; guiños impermanentes al trabajo etnográfico, a la cinematografía, a la poesía sonora, al teatro de la digitalidad y las redes, mezclados desde una rigurosa orquestación tímbrica y espacial.

El archivo como obra de arte se organiza en ION en forma de acertijo a la escucha, llevando al límite la producción de una ficción alusiva al modo borgiano, con “diversos porvenires, diversos tiempos, que también proliferan y se bifurcan”.

El glitch no es destructor de la lógica del archivo ni de la inteligibilidad del lenguaje, más bien, celebra en ION la magia de pegar lo temporalmente imposible; junto a las técnicas de cut-up permite desautomatizar la escucha y ensamblar psíquicamente lo que parecía inconexo. Nos coloca en un lugar incómodo. El glitch, como interrupción y generador de caos, potencia la restauración de todas las realidades posibles, y acaso sea el alma del archivo –nuestro archivo de escucha y memoria– ocultando él mismo, deliberadamente, las claves de su clasificación.