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Jorge Berumen

Acusmático


SCORE: 9.5

 
 

En la serie de EPs que Berumen lanzó el año pasado, el baterista exploró grooves deformes pero que no se desviaban de su línea rítmica. En su nuevo EP hay más libertad de movimiento, mejor diseño sonoro y todo se siente más expansivo y emocionalmente complejo. 

El año pasado, el baterista Jorge Berumen lanzó una serie de EPs en los que documentaba su proceso de deconstrucción de las percusiones. El resultado de estos ejercicios caía en un punto incierto entre el industrial, la improvisación libre y la experimentación con diferentes métodos para alterar el timbre del instrumento. La experiencia era interesante, aunque a veces las piezas podían llegar a sentirse como maquetas sin pulir --algo que el mismo artista afirmó, pues varios cortes estaban pensados como backing tracks para sesiones colaborativas. 

El tiempo pasó y, afortunadamente, Berumen nunca abandonó su objetivo de lograr conjugar un sonido idiosincrásico que pudiera unir lo abstracto con lo rítmico, pero abordando este último desde perspectivas diferentes y bastante alejadas de lo que un álbum de batería común y corriente nos pudiera entregar. La espera y el esfuerzo rindieron frutos, pues Acusmático -el más reciente lanzamiento del baterista- fusiona pulsos arrítmicos acompañados con tenues texturas sintéticas y grabaciones de campo completamente mutiladas, creando una quimera biomecánica. Esta temática -fundir la carne con lo mecánico- se encuentra bastante presente en la obra de Berumen; sin embargo, Acusmático, dentro de toda su abstracción, se siente menos maquínico. 

Los EPs anteriores sonaban más agresivos gracias al filtro bitcrush por el que la batería era procesada y hacían más énfasis en la repetición. Los tracks daban la impresión de representar cyborgs esclavos a su condición quimérica; en contraste, Acusmático es el sonido de un androide reconociéndose y explorándose por primera vez. Hay más libertad de movimiento, los ritmos no son cíclicos y aunque la paleta sonora -aparentemente- no es tan variada, todo se siente más expansivo y emocionalmente complejo. 

Hay momentos de alta intensidad que son logrados con lo mínimo indispensable, sin la necesidad de recurrir a dinámicas tradicionales como estruendosos platillazos o frenéticos redobles. Berumen toca con bastante reserva, dejando que todo avance de manera orgánica. Los primeros dos tracks contrastan el uno con el otro, pero hay una coherencia estética que los une. El álbum va progresando de lo tenue a lo explosivo (las texturas electrónicas cada vez van tomando más presencia, incluso rayando en el noise), de lo dislocado a lo articulado (los ritmos pasan de no tener dirección, a ser más marcados) y al final, el sonido de la batería se va tornando cada vez más reconocible y aunque la culminación del álbum se da de manera abrupta, el arco conceptual se siente completo. 

La producción, al igual que el diseño sonoro, tiene bastantes detalles para apreciar y esto resalta cuando tomamos en cuenta que hay grabaciones de campo escondidas dentro de la mezcla. El acoplamiento es tal que incluso hay momentos en los que Acusmático da la impresión de ser una obra ambient donde todo es creado con la batería. Berumen, en su eterna búsqueda por encontrarle un alma a lo maquínico, ha creado un álbum difícil de catalogar, pues toma de diferentes estilos pero realmente los fusiona de manera cohesiva creando algo nuevo, algo vivo.