por Sebastián Franco

Con su discurso pesimista y sus composiciones agresivas y estruendosas, Traumatismo Nacional es definitivamente, el mejor álbum de Sunset Images hasta ahora, y el más lúgubre de su joven discografía.

Acompañado de un discurso que, más que pesimista, se impregna de una clara realidad, Traumatismo Nacional (Little Cloud, 2021) es el segundo álbum de larga duración de Sunset Images, proyecto donde su motor, Samuel Osorio, ha impuesto una visión sónica que se desborda en cada entrega. Grabado en vivo, el álbum es un reflejo claro del poderío del ensamble y de un discurso oscuro y poco alentador ante los tiempos modernos.

Si bien su sonido podría encuadrarse en etiquetas, dichos trajes salen sobrando ante la emoción de esta placa, donde Osorio, demuestra con gallardía composiciones agresivas y estruendosas, que redoblan como avalanchas de sonido desde su primer corte “Monumento”.

El disco avanza de manera coherente, donde las voces se aletargan y encuentran cauce donde reposar, adornado por reverberaciones que resuenan a lo lejos, por encima de los tambores como lo demuestra “メルド un track casi contemplativo, que enrola al escucha en un tornado de fuzz y necedad. Mientras que tracks como “Voces Oscurecidas” refuerzan esa nube discursiva que se traduce a paredes de ruido y furia, que pareciera ir a 100Km/h, acelerando cada vez más en un interminable patrón que pareciera dar vueltas continuamente; una batería ondular que se encuentra con guitarras que resuenan fuertemente en la podredumbre de las urbes más deterioradas.

“Caída” es la estocada final del álbum. Una gran resonancia que avanza hacía un final sin reparos. Pareciera la continuación sonora de un viaje que acompaña el trauma de una nación afligida en un profundo pesimismo. La instrumentación se descubre en un ejercicio eterno donde pareciera encontrar luz entre tantas sombras. Paredes de ruido que se levantan y se destruyen a sí misma en un colapso que desencadena en la reflexión y la calma. 

Traumatismo Nacional, es definitivamente, el mejor álbum de Sunset Images hasta ahora, y el más lúgubre de su joven discografía. Un disco que bajo un discurso coherente de la realidad nacional, dibuja un cuadro estruendoso y lleno de texturas, donde el impotencia y el refugio encuentran espacio para convivir, creando amalgamas difíciles de digerir y provocando al escucha a ir más allá de sus propios límites, en un viaje poco alentador, el de cualquier ente en cualquier urbe moderna del país, donde las sombras son conocidas y las explosiones sonoras se vuelvan cercanas a una realidad que cruza con la vida de todos.