Después de un lanzamiento un tanto flojo a través de Editions Mego, Stephen O’Malley se adjudica el rol de director, y nos comparte dos piezas aterradoras y sublimes, interpretadas por el ensamble Eye Music.
A mi pareja no le gusta el drone en absoluto. Cada vez que pongo un álbum o una canción del género, su reacción es ponerse audífonos o simplemente irse a la habitación; este berrinche se duplica si la pieza involucra distorsión o feedback. Es curioso, porque en nuestro apartamento, la llave del fregadero no funciona bien, y de vez en cuando, el exceso de presión crea un sonido chirriante que podría bien podría ser una pieza drone; incluso me ha llegado a decir "¡suena como una de tus pinches canciones!". Y de hecho, no se equivoca, ya que hay una cierta cadencia que hace de este ruido algo musical, incluso si su timbre se vuelve insoportable después de unos segundos. Otro aspecto curioso de ese sonido, es que está en la misma clave que el penúltimo metraje de Stephen O’Malley, Auflösung der Zeit.
Cuando vi por primera vez el anuncio de ese lanzamiento, me emocioné, pues O’Malley había estado arrasando durante la mayor parte del 2019 con Sunn O))) y en su colaboración con François J. Bonnet; desafortunadamente, Auflösung fue algo decepcionante. Tenía los elementos básicos del estilo de Stephen: era una exploración de 44 minutos de una nota tocada en una guitarra con mucha distorsión, pero simplemente carecía de matices; se sentía demasiado esquelética, como el boceto de una pieza más grande que nunca pudimos escuchar. Incluso los demos de Sunn O))) se sienten más completos.
El 17 de abril vio el lanzamiento de otro álbum en solitario de Stephen, pero este no cuenta con su presencia al frente. Lanzado a través de su propio sello, Géante 4 se compone de dos piezas para las cuales O’Malley proporcionó instrucciones, en forma de una notación gráfica de su propia creación, para que el ensamble Eye Music las siguiera. Stephen ya había estado ejerciendo el papel de director durante algún tiempo, pero no fue hasta ahora que sus composiciones tuvieron un lanzamiento formal.
A estas alturas sabemos que gran parte del trabajo de O’Malley gira en torno a la moderación, pero Géante 4 lleva este concepto al extremo, con sus mantras extendidos. El trance creado por Eye Music al bloquear todas las direcciones en que uno puede partir a raíz de una sola nota, es genuino. El uso de clusters tonales, los armónicos y las disonancias que se derivan de estos, dan a las piezas tanto volumen y densidad que uno se siente más ligero una vez que esta experiencia ha terminado. El álbum no supera la media hora, y aún así se siente eterno.
Ambas pistas tienen una estructura y un enfoque similares, por lo que, al principio, puede parecer que no está sucediendo mucho, pero es precisamente así como estas piezas te atrapan. Comienzas prestando detenida atención, esperando que se produzca un cambio; escuchas cada instrumento individualmente esperando una ligera variación, pero todo sigue en el mismo curso. Mientras tanto, esta persistencia ya te ha envuelto, y para el séptimo minuto de la primera pista, ya no hay salida. Toda la tensión que se había estado acumulando tiene un clímax gratificante en forma de un glissando ascendente: la escala se eleva a un ritmo glacial y amenazante, absorbiendo todas las notas intermedias; su efecto enervante demuestra por qué el cromatismo fue rechazado tras ser propuesto por primera vez.
Todos los instrumentos se entierran entre sí en esta entrega verdaderamente homogénea, pero es fácil distinguir uno del otro, especialmente la flauta de Esther Sugai, que es el instrumento más destacado de todos. Su tono alto lucha a través de los registros bajos que lo rodean, creando una sensación de inestabilidad; su vibración irregular rompe el unísono, haciendo a este instrumento responsable de gran parte de la disonancia y los matices presentes. Un aspecto que algunos podrían llegar a extrañar, es la presencia de las bestiales guitarras que van de la mano con la mayor parte del trabajo de Stephen; sin embargo, su inclusión habría sido algo redundante, desviando la atención de la fantástica ejecución por parte del ensamble Eye Music.
Esto demuestra que uno no debe sucumbir y perder la fe inmediatamente, especialmente cuando se trata de un artista como O’Malley. Auflösung carecía de profundidad y matices, pero Géante 4 lo compensa con sus piezas sublimes y aterradoras, que se sienten gigantescas sin la necesidad de tener que ser reproducidas al máximo volumen para obtener máximos resultados. Junto con su compañero de banda -Greg Anderson- Stephen ha estado rompiendo las barreras entre el metal y la música experimental con un muy buen catálogo. Citando a Edgard Varèse, Alice Coltrane y Bathory, al tiempo que promueve proyectos marginales como Phurpa (que también tiene un nuevo lanzamiento) y trabaja con personas como Yann Tiersen, está claro que su gusto diverso y ecléctico ha demostrado ser un elemento muy nutritivo para su carrera.