Hermann Haze
Low Life EP
SCORE: 7 tacos de pescado de 10
texto por Rixi Ache
De principio a fin, Hermann Haze construye una visión muy agradable, pero sin impacto duradero. Esta corta y paladable travesía te deja con ganas de más canciones, pero sobre todo, de más riesgo.
Admitiré que me fue difícil escribir las siguientes líneas acerca de Hermann Haze, un cuarteto “psicodélico” ensenadense, integrado por Alfonso (teclados), Carlos (bajo), David (batería) y Eugenio (voz y guitarra). Llámenlo efectos de estrés producido por la actual contingencia o un cinismo inmerecidamente dirigido, pero me encontraba volviendo una y otra vez a esta frase al querer describir su más reciente entrega: ¿Low Life? Más bien… Low Risk, am I right?
¡Esperen! Antes de que dejen de leer la reseña, déjenme retroceder mis pasos en la arena un poco: ¿Cómo es que una propuesta tan amigable puede provocar una reacción tan adversa? Para mí, su mayor fallo es precisamente esa falta de riesgo. La experience es similar a una escapada a la playa en un día perfecto: arena limpia, la brisa marina en tu cara, una cerveza artesanal en una mano y uno de esos famosos tacos de pescado en la otra. Todo suena muy agradable, pero al fin y al cabo, pasajero.
No importa si es una petición incongruente en estos tiempos tan extraños, soy del juicio de que una banda ha de distinguirse del cardumen para sobrevivir. En otras palabras, esta debe destacar para crear un vínculo duradero con su audiencia y Hermann Haze no presenta ninguna peculiaridad en este EP; no hay algo que logre atar tu atención a este puerto por más de los 15 minutos requeridos para recorrerlo de punta a punta. Desde el title track hasta su final instrumental, “2016” (el cual es mi favorito, pues me recuerda a los soundtracks de Sonic para el Genesis) Hermann Haze construye una visión muy agradable, pero sin impacto duradero.
Que la banda se describa a sí misma como psicodélica malamente me predispuso a pensar que eso implicaría algún nivel de transgresión de su parte, por mínimo que este fuera. Sí, su producción y hooks lo convierten en un lindo sueño paradisiaco, pero esta corta y paladable travesía me deja con ganas de más, y sobre todo, de más riesgo. Terminé prefiriendo aquel tímido sencillo del 2016, “Desértica”, pues mostraban una inmadurez franca. Espero que futuras entregas no estén faltas de anclaje.