Omar Vox
Across the Sky
Omar Vox regresa con un nuevo álbum después de Supernova (2016), en el que sus fortalezas como compositor afable son llevadas al extremo; la intención de ser demasiado complaciente obstruye por completo cualquier apertura para que el riesgo, los matices y el dinamismo se filtren al menos un poco.
Omar Vox es un cantautor tijuanense (actualmente radicado en CDMX) que forma parte de la escena musical desde hace bastante tiempo. Su trabajo siempre ha sido amigable, inclinándose hacia un sonido pop-rock alternativo como se muestra en Supernova (2016), el cual evidenció su habilidad para componer material bastante ameno y accesible (incluso lo tengo en físico). Ahora, después de anunciarlo a lo largo de un año y medio, su nuevo lanzamiento -Across The Sky- finalmente está aquí. ¿Podemos decir que valió la espera? ¿Es un sucesor honorable de la tímida energía de Supernova?
Como lo habrán podido adivinar por la falta de una calificación... no realmente.
Una vez más, como ha sido el caso de aquellos álbumes de los que no he sido fan, no es que la música esté mal ejecutada o sea mala (y no, tampoco es porque no sea “experimental”), sino que necesita desesperadamente una personalidad. Cualquier posibilidad de sustancia ha quedado completamente anulada por esas ganas excesivas de ser demasiado complaciente. Esto termina por obstruir cualquier apertura para que el riesgo, los matices y el dinamismo se filtren al menos un poco; y a juzgar por la duración de cada pista y su composición sencilla, es evidente que Omar quería ofrecer algo que pudiera consumirse fácilmente sin tener que prestarle demasiada atención.
Across the Sky es una escucha bastante breve -siete pistas en menos de 30 minutos es aceptable- pero pierde fuerza después de que terminan los singles (lo que me hace cuestionar por qué estos no fueron colocados estratégicamente a lo largo del álbum en lugar de estar uno tras otro desde el inicio). Esto termina por aletargar el paso después de la tercera canción, ya que los siguientes son tres cortes acústicos sin impacto alguno que apelan por un aura de ternura, pero que en cambio resultan demasiado empalagosos. No me corresponde dudar ni afirmar su sinceridad, pero esta no sería suficiente para sostenerlas.
A diferencia de las demás canciones, “Café Con Sal” es la única que se siente completa. Tiene un buen intro en solitario y una transición a full-band que se siente distinta; tiene sus altibajos e incluso termina después de ligeros jugueteos con los pedales de efectos, que podrían considerarse shoegaze o psicodélicos de no ser por esa necesidad tan vehemente de no descarrilarse a terrenos inaccesibles para el público general. Pero, siendo justos, le dan un buen cierre a un álbum que, en general, se siente como si tuviera un par de canciones terminadas y demos inconclusos para rellenar. Sin embargo, la expectativa no debe ser tan alta, ya que, en comparación con lo que otros grupos nacionales de pop alternativo tienen para ofrecer, “Café con Sal” se queda corta; pero, limitándonos al contexto de este álbum, sin duda es un punto culminante.
El alcance de Across The Sky es demasiado estrecho, como si Omar ya hubiese tenido a su demográfica bien definida desde sus inicios, y es poco probable que el álbum atraiga completamente a quienes se encuentren fuera de ésta. Con un sonido que toma prestado en gran medida del lado más dócil de The Beatles y Gustavo Cerati, Across the Sky tiene una sensibilidad boomer: no suena vintage, retro ni irónico, simplemente suena anticuado; sin embargo, queda claro que este es el disco que Omar quería hacer, y bajo ese pretexto, creó exitosamente un álbum destinado a sonar en la radio y ganarse el corazón de muchos oyentes, aunque casuales.