Incluso si puede ser algo agotador debido a su estructura repetitiva, la producción de Jaz Coleman realmente capturó la entrega intensa y explosiva de la banda, y su poderoso punch es innegable. Anamnesis se siente como una peculiar combinación entre Discharge y ESG.
Llamar la atención de un peso pesado (musical) no es cualquier cosa y para una modesta banda independiente, esto representa un gran logro, especialmente cuando este gato gordo en particular resulta ser el líder de una de las bandas más influyentes de la historia. Liquidarlo Celuloide, el abrasivo proyecto post-punk oriundo de Perú, logró impresionar a Jaz Coleman en toda su macabra gloria, después de que abrieron para Killing Joke en Lima, en el 2018. El impacto fue tal, que incluso se ofreció a producir su nuevo lanzamiento, y así comenzó este proceso de transformación para la banda, que culminó con Anamnesis, bajo el sello Buh Records. Esto parecía ser una unión celestial, destinada a la victoria.
Es seguro decir que, ciertamente, así parecía y no habría sido un error asumirlo como tal. Después de todo, la interesante combinación de noise y post-punk de Liquidarlo Celuloide pareciera encajar perfectamente bajo el ala de Coleman, ¿cierto? ¿Cierto?
Bueno, es un poco complicado y los resultados son algo mixtos. Cada corte es realmente genial: las guitarras y el bajo incurren en riffs que se sienten gruesos y pesados, y la batería es una fuerza implacable e ininterrumpida que destruye todo con lo que choca; es una lástima que todo se limite a un espacio compositivo realmente estrecho.
Las canciones se sienten como si no tuvieran espacio para respirar o crecer, y su agresividad causa la impresión de que estas trataran de romper las cadenas que las atan, pero algo las obliga a recorrer las mismas partes una y otra vez. La mayoría de las pistas sólo consisten en tres secciones, que se repiten infinitamente en una tediosa fórmula “verso-coro-verso-coro-verso-puente-verso-coro” que demuestra ser un agente corrosivo para su estructura, deteriorando lentamente su núcleo a medida que estas avanzan.
Incluso si la composición puede ser algo agotadora, si hay algo que evita que el álbum sea aburrido es la producción de Coleman, pues realmente captura la entrega intensa y explosiva de la banda, y su poderoso punch es innegable. En algunas pistas, las guitarras de Liquidarlo vibran con ese inconfundible sonido metálico Killing Jokero, como podemos apreciar en la nerviosa y frenética "Erupción".
"Asfixia" abre con una dinámica estilo Glenn Branca: un riff amenazante que oscila entre dos acordes -y una ligera variación- con la batería siguiendo el mismo patrón rítmico, haciendo que la canción se sienta enorme, ya que todos están tocando al unísono. Este sonido grueso y feroz se repite por igual en casi todas las pistas y, junto con la naturaleza bailable y cíclica de las canciones, hacen que Anamnesis se sienta como una interesante mezcla entre Discharge y ESG. "Asfixia" es grandiosa, pero su duración de casi nueve minutos se siente un poco excesiva.
El álbum no tiene momentos débiles en sí, pero algunos cortes sufren más que otros debido a su falta de rumbo: "Perversión", su colaboración con Coleman, es uno de los más afectados, y no porque carezca de calidad (¿cómo podría, con esa diabólica entrega vocal por parte de Jaz?), pero su estructura de parada y arranque no combina bien con la repetición. Esos staccatos de guitarra ruegan por ser resueltos; en cambio, sólo los escuchamos perder gradualmente su poder cada vez que se repiten.
Como buen proyecto post-punk, Liquidarlo Celuloide incluso tiene una pieza dub para terminar el álbum, y efectivamente ayuda a apaciguar al oyente después del ataque sonoro entregado por las canciones anteriores. La transición pudo haber fallado terriblemente, pero LC hace que funcione por la manera en que el track simplemente comienza, sin anunciar su llegada con una introducción elegante y llena de efectos. Puede que esté plagada de todos los elementos básicos del género, pero el riddim de "Bajo el Río de Neón" es contagioso y cierra el álbum con un buen uso del elemento sorpresa.
A pesar de su tremenda energía, la falta de exploración y expansión en Anamnesis disminuye el disfrute de lo que pudo ser un excelente disco, con mucho matiz, en donde el post-punk, metal, dub y no-wave se mezclan magistralmente y con fluidez perfecta. Aunque la música es buena (y vaya que lo es), la banda no logra allanar el camino para que algo nuevo surja de ese lodo primordial de feedback y atonalidad. Sin embargo, incluso dentro de todas las limitaciones impuestas en este álbum, parecen estar luchando por avanzar y progresar en lugar de ser un proyecto post-punk común y corriente. Liquidarlo Celuloide suena moderno, fresco y pesado, en lugar de sonar como una (mala) copia de Television-Joy Division.