See Saturn
Flores
SCORE: 6.7 chorus-vibratos de 10
El segundo álbum del conjunto indie-rock se siente más etéreo y sofisticado que su predecesor, pero todavía está anclado en los mismos sonidos que dictan la estética en la escena tijuanense.
¿Te gusta el dream-pop, el shoegaze y todos los derivados oníricos del indie-rock, pero te sientes excluido y juzgado por tus amigos pretenciosos, aquellos que manejan páginas de música con poco tráfico y escriben reseñas tontas? Bueno, ¡tenemos la escena para ti! Simplemente empaca tus cosas, fájate el suéter cuello de tortuga, ponte tus botas Chelsea y reserva un vuelo a Tijuana, donde los amistosos acordes disminuidos de Policías y Ladrones te recibirán con toda cordialidad, junto con los distantes susurros de Memory Leak, y el innegable toque ochentero de DVTrip, Onto Her Bed y See Saturn. Todo es cálido, bonito y ahora hay una nueva adición al catálogo: el último lanzamiento de See Saturn, Flores.
Puede que el segundo álbum del conjunto indie-rock sea más etéreo y sofisticado que su predecesor (Ocean Rock, 2018), donde la banda colmó un montón de clichés indie que resultaron en un cuasi-homenaje a The Smiths, pero todavía está anclado a los sonidos que dictan la estética en la escena musical de Tijuana. En pocas palabras, sigue siendo el sonido de una banda local luchando por encontrar su estilo entre un conjunto de influencias bastante obvias. El único aspecto nuevo que traen a la mesa es que sus canciones más pegadizas tienen un ligero parecido con Frazier Chorus. Intencional o incidental, incluso los fanáticos más acérrimos de See Saturn tendrían que pensarlo dos veces antes de decir que "Me Siento Bien", "Chelsea" y "Cassie" no suenan a The Smiths haciendo un cover de "Dream Kitchen" o "Storm".
Sorprendentemente, la falta de personalidad no es el mayor defecto de este álbum; Flores flaquea debido a su producción. Los pocos desvíos estilísticos en los que la banda incurre no relucen, pues cada canción está empapada en la misma estética: las guitarras vibran con el típico trino microtonal del dream-pop y el jizz-jazz; la voz tiene el mismo toque de flanger en la mayoría de las pistas, y el bajo está enterrado por ahí (lo cual es una pena porque es el elemento más animado del disco). "Dalia" tiene un intro interesante, con su ritmo funky, pero See Saturn simplemente no puede evitar volver a la misma dinámica de adoración al indie como si ese fuese su sello. Queda claro que la banda quería un sonido más pulido para ser más accesible y (nada de malo con eso) pero, debido a la producción, simplemente se siente monótono y -sin ser tan largo- se torna difícil de seguir al empezar la segunda mitad.
Decir que si escuchaste una canción las has escuchado todas, sería una hipérbole un tanto injusta, pero no sería tan desatinado. Sin embargo, esto se debe principalmente a la producción y no estrictamente a las canciones en sí. La composición de See Saturn mejoró, pero su estética se ha camuflado con la de cientos de proyectos similares. Si quisieran seguir la misma ruta que un clon promedio de Ramona, son más que capaces de hacerlo. Lo mismo ocurre si realmente quisieran trascender sobre sus influencias, pero si ese es el caso, todavía hay mucho espacio por cubrir.
Hay dos pasajes ambientales -el abridor “Plantae” y el ecuador “Orchide”- que son buenos, pero su presencia no agrega nada a la experiencia; el primero puede funcionar como una introducción, pero la posición de “Orchide” en el medio, no hace mucho para reforzar la segunda mitad del álbum, ya que no hay un cambio significativo por anunciar. Además de relacionarse con el título del LP, no parece haber ninguna consecuencia conceptual que se desprenda de estas piezas; además, cuando se trata de su estructura, son básicamente lo mismo que el resto de los tracks, sólo que sin una sección de ritmo.
Como es el caso con la mayoría de las bandas locales, todo es puramente superficial. See Saturn toma con orgullo de los estilos que están en tendencia a nivel local y nacional, pero no hace nada único con ellos; es difícil determinar exactamente dónde terminan las influencias y dónde comienza See Saturn. "12" acaba con un estruendo tan similar a Dinosaur Jr. combinado con My Bloody Valentine, que te hará dudar respecto a si Saturn ha escuchado esas bandas antes (es obvio que sí, sólo estoy tratando de hacer un punto). Sin embargo, hay un ligero crecimiento en lo que concierne a la composición. Las pistas en Flores se sienten más pensadas, trabajadas y dinámicas que en su obra anterior.
El enfoque de la banda en cuanto a la textura podría haber sido más notable si no fuera por el hecho de que cada miembro estaba cubierto por el mismo efecto en cada pista; Flores habría sido una experiencia muy rica y palpable con una mejor producción y un alcance estilístico más amplio. Después de todo, si See Saturn fueron lo suficientemente meticulosos para imitar efectivamente los elementos principales de ciertos estilos, sólo queda imaginar lo que podrían hacer con una paleta de influencias más amplia y una personalidad más definida.