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Yves Tumor

Heaven To a Tortured Mind


SCORE: 7.5 Princes de 10

 
 
 

Yves Tumor lanzan su álbum más accesible hasta la fecha. Su innegable pasión, carisma y flamante energía hacen de Heaven una escucha muy entretenida, pero a su vez, sacrifica parte de la singularidad que ha distinguido el trabajo anterior del/la artista.

Todo artista que se precie siempre buscará algún tipo de cambio o progreso, e incluso si esto no resulta en una reinvención total, es inevitable que nuevas influencias se infiltren al subconsciente para manifestarse como nuevos matices, diferenciando cada obra que se va creando. A menos que se trate de una banda de post-rock, de VOMIR o de algún otro militante de los reinos extremistas, el cambio es bienvenido, y nadie puede culpar a un/a artista por querer correr riesgos. Pero, ¿qué sucede cuando este cambio no representa ningún tipo de crecimiento, y en realidad se produce a expensas de sacrificar personalidad? ¿Podemos culparles por tratar de ser accesibles? ¿Podemos culpar a Yves Tumor por dejar atrás sus complejas deconstrucciones estilísticas sólo para sonar como Thundercat o Homeshake?

Esta metamorfosis no debería sorprender en absoluto, ya que sumergirse en el catálogo de Yves es profundizar en el trabajo de un/a artista que no teme al cambio; pero, más que sólo saltar de un sonido a otro, la tendencia se basaba más en mejorar los elementos utilizados en cada lanzamiento: When Man Fails You (2015) fue un asalto sónico, que carecía de dirección pero cautivaba; Serpent Music (2016) aprovechó su estructura desarticulada para crear una experiencia aún más intrigante mediante el uso de collages de sonido, estructuras abstractas y la incorporación de un soul bizarro. El pico innegable llegó con Safe in The Hands of Love (2018) en el que todos estos elementos se combinaron magistralmente, pasando del IDM al brit-pop al noise de una manera hermosa y cohesiva.

Sin embargo, en el caso de Heaven To a Tortured Mind, este se siente más como una extensión de Safe... en el sentido de que una buena parte del álbum suena como diferentes versiones de "Noid" y "Licking an Orchid", con su fuerte uso de groove, entrega vocal á la Prince, acompañando de voces femeninas e instrumentación “básica”. En lugar de optar por la versatilidad y fluidez, el objetivo pareciera ser mantenerse en rumbo con esas dinámicas. El resultado es un álbum que se siente conceptual debido a su insistencia estética: es casi como si Yves estuviesen interpretando a un personaje y este fuese su capítulo de introducción.

Esto no quiere decir Heaven carezca de diversidad, pero casi todos los estilos que se usaron para darle forma, tienen el mismo propósito: todo está a favor de sonar tan teatral y más grande que la vida misma a como dé lugar. El álbum incluso arranca con la contundente e histriónica "Gospel For a New Century", y desde allí, simplemente no se detiene. Tumor nos brinda un apresurado recorrido a través de de su obra más accesible hasta la fecha, haciéndolo con una presencia y porte sumamente dominantes que te exigen poner atención; el espectáculo es magnético, pero pareciera no dejar espacio alguno para la vulnerabilidad.

A partir de "Folie Imposée" en adelante, el álbum parece cansarse de sí mismo y decide desapegarse de todo el glamour, haciendo que el último conjunto de canciones tenga un encanto que reside en su fragilidad y simplicidad. Aunque esté muy cerca de sonar como una melodía de Pete Bjorn, "Strawberry Privilege" se siente refrescante, ya que es gratificante poder escuchar voces que no suenan cómicamente exageradas como Julia Cumming (de los trágicamente sobrevalorados Sunflower Bean) en " Dream Palette ", o Diana Gordon en" Kerosene! ". Es posible que la intención haya sido inyectarle emoción a las canciones, pero a lo largo de su carrera, Yves han logrado mejores resultados con actuaciones más moderadas.

A pesar de que estarse deslindando de ese mundo retorcido que estaban creando con su trabajo anterior, Tumor aún conservan algunos elementos clave que sirven como souvenirs de los momentos más experimentales de su carrera: "Medicine Burn" tiene la misma cadencia deslizante de "Let The Lioness in You Flow Freely" pero en un contexto más orientado al rock; "Hasdallen Lights" recuerda a los cortes soul en Serpent Music hasta en el brumoso estilo de producción que hace que la canción se sienta como un desvío de ensueño, y "Folie Imposée" remitirá a los tracks con guiños al IDM como "Honesty" y "All The Love We Have Now". Es seguro decir que Yves se mantienes firmes, sin importar cuánto decidan cambiar.

La pasión y el carisma que Yves ponen en cada canción es innegable y estos aspectos llevan el álbum por sí solos más que las canciones en sí; sin embargo, se debe aceptar que, estructuralmente, las piezas son bastante buenas. Tumor están demostrando ser un talento para la producción y un/a multi-instrumentista más que competente (la línea de bajo en "Identity Trade" es genial), pero la entrega exagerada se siente como si Yves estuviesen tratando de convencerse a sí mismos (y a nosotros) de que este era el camino correcto a seguir. Tal vez fue la elección correcta en el momento, pero, con suerte, esto sólo se tratará de una breve parada en el camino hacia algo mucho mejor.