Etran de L'Aïr
Music From Saharan Whatsapp 01
SCORE: 8.1 dunas de 10
La breve -pero conmovedora- primera entrega de la serie Music From Saharan Whatsapp, está llena de pasajes de guitarra deliciosamente intrincados e hipnóticos patrones rítmicos, con un inherente toque psicodélico.
A partir de este año, el sello de Portland, Sahel Sounds, estrenará una colección que consistirá en lanzamientos mensuales a base de audios de Whatsapp, los cuales serán enviados por artistas de la escena musical sahariana. Estos fragmentos crudos de ensayos o sesiones en vivo no tendrán ningún tipo de producción; se sentirá como si algún amigo oriundo del Sahara estuviera compartiendo sus canciones contigo, para que le puedas dar tu opinión. Es un esfuerzo noble que busca dar a conocer proyectos para facilitarles una audiencia fuera de su localidad -y posible apoyo económico-, pues la mayoría no cuentan con los medios para grabar adecuadamente su material.
En la primera entrega de esta serie, la austera banda de bodas, Etran de L'Aïr, nos permite la entrada a uno de sus ensayos en su natal Agadez. No son precisamente una banda desconocida, pero tampoco se trata de un proyecto de alta gama. Como lo estipula su biografía: "son la banda de bodas para las personas sin dinero".
Etran toca al estilo Tuareg, endémico de la región del Sahara, y ¿qué podría decirse sobre este género que no se haya dicho antes? Es complejo, pero nunca demasiado cerebral; es repetitivo, pero su naturaleza polirrítmica lo mantiene dinámico; evoca sentimientos intensos sin volverse demasiado dramático; sin embargo, el cuarteto logra crear un sonido más rico y completo, al tener tres guitarristas en su alineación. Quizá podría parecer poca cosa, y más teniendo en cuenta que otros proyectos más consolidados tienen una alineación full band (bajo, guitarras, batería, teclados), pero es precisamente su austeridad y simplicidad lo que los hace resaltar.
Llamar a este tipo de música "desert blues" -como se ha llegado a describir- es como llamar "snow pop" a la música proveniente de Islandia; es un término que falla monumentalmente al expresar cualquier otra cosa que no sea una simple posición geográfica. Todas las piezas tienen una inherente sensación psicodélica sin tener que estar empapadas de efectos o trucos de producción. Con los pocos elementos que usan, logran mucho más de lo que un imitador promedio de Tame Impala pudiera llegar a soñar, y la banda lo consigue al usar simples patrones de percusión, que se repiten contra una hermosa pared de intrincados pasajes de guitarra. A pesar de ser un poco áspero debido a su crudeza, el resultado es bastante elegante. Incluso el pequeño percance técnico en la última canción parece ser intencional y acentúa su autenticidad.
"Tarha Ebouse Dighe Mane" tiene una desgarradora melodía, y el aporte lírico es entregado con desesperación. Es una pieza bellamente nostálgica, testimonio de cómo la buena música trasciende el tener un costoso setup; la furia con la que el djembe incurre en ese redoble antes de terminar la canción supera cualquier crescendo exagerado y predecible. El cómo una canción así puede encajar en una fiesta de bodas me elude, pero no dudaría en organizar una sólo para poder contratar a esta agrupación.
A principios de mes, el mundo perdió una de las principales voces del Tuareg, y es bastante entrañable ver cómo este género continúa reuniendo atención que se merece y ha pasado de tener un sólo representante a convertirse en la institución que es actualmente. Su legado seguirá vivo y, gracias a los lanzamientos de Sahel Sounds, que cubren actos de la talla de Mdou Moctar hasta pequeños proyectos como Etran, parece que no se irá a ninguna parte. Ahora sólo queda preguntarme, ¿dónde puedo encontrar boletos baratos para Agadez? ¿Serán más baratos que planear una boda?