RESEÑAS SEMANALES
Lanzamientos que van desde lo aceptable a lo magnífico (según nuestros oídos).
Loiis - Wimbledon
El segundo álbum de Loiis se siente como un movimiento lateral en lugar de un paso adelante. Si bien su debut no fue precisamente original, poseía la sutil ambición de crear algo más personal incluso influido por un conjunto muy específico de limitaciones idiomáticas, especialmente -y casi exclusivamente- establecidas por bandas como Duster, Helvetia, Low y cualquier copia de estas bandas que el algoritmo puediera arrojarte. Un Final Feliz transcurría sin incidentes no por la música en sí, sino porque se sentía como uno de muchos, y desafortunadamente, este sigue siendo el caso.
Como siempre, aprecio el esfuerzo puesto en un álbum. Las canciones están bien escritas e interpretadas, pero al final, podrías dejarlas en un segundo plano con la garantía de que nada pasará desapercibido. Es casi como un efecto Gestalt: dentro de unos segundos, podemos llenar los vacíos en términos de hacia dónde van las canciones.
A pesar de todas sus restricciones, Un Final Feliz tuvo más variedad; Wimbledon nunca sorprende. El único punto culminante es un corte ruidoso que logra despertarnos antes de que nos demos cuenta de que estamos escuchando la dinámica shoegazera de siempre. De nuevo, no es que el track sea malo en sí, sólo resulta demasiado familiar.
Si el álbum tuviera el aura tipo Slint que rondaba Un Final en sus mejores momentos, Loiis podría tener una fórmula de ritmos angulares y dinámica loud-quite-loud que sería mucho más interesante que lo presentado aquí; tal como está, parecería que este proyecto sólo existe por el amor al slowcore y el shoegaze. Loiis parecen más preocupados por seguir esos pasos idiomáticos en lugar de tomarlos como referencia para ir a otro lado.
SCORE: 5
Szara Reneta
Artur Ruminski - Steep Hill
Mezclando líneas de sintetizador limpias y arpegiadas con ritmos y melodías distorsionadas, así como texturas rugosas y ruido, Steep Hill es un álbum contrastante que se siente como si alguien estuviese tratando de esconder sus demonios internos, pero fallando trágicamente; en ese sentido, este disco se despliega como un estudio de personajes explicado con música.
Ruminski no se preocupa por los matices. Desde el inicio, los paisajes sonoros del primer track tienen un rango cinemático, bordeando con la música ambiental con una cadencia espectral, luego de lo cual inmediatamente chocamos con una noise wall. El cambio es abrupto pero hay cierto sentido de continuidad ya que podemos escuchar matices de melodía y texturas prístinas debajo del caos provocado por la aplastante estática. En otras pistas, también podemos escuchar ritmo y más arpegios que ascienden y descienden, pero todo está distorsionados; en cierto modo, podríamos considerar este álbum como una mezcla bastante directa de ambient, kozmische, harsh noise e industrial, pero, por más tajantes que sean los cambios, hay un elemento narrativo que une toda la disparidad.
El último corte presenta una línea de sintetizador sin templar que finalmente puede moverse libremente a lo largo de un camino iluminado, tal vez insinuando el hecho de que hemos llegado a la cima de aquella empinada colina aludida en el título. Nuevamente, no hay un puente que conduzca a este cambio estético y aunque las dos pistas anteriores igualmente comenzaron a sentirse menos enclaustradas, esta brusquedad tiene un propósito conceptual: no es por causar shock, ni por falta de estilo, o para tratar de mostrar un falso sentido de variedad; Artur está contando efectivamente una historia a través de estas piezas.
SCORE: 7.5
Milovat
Películas - Películas
Debutando con un álbum que es una carta de amor muy detallada a la composición electrónica de antaño, Películas fracasa y triunfa. Su set-up -dos marimbas, sintetizadores analógos y grabadoras de carrete a carrete- suena increíble en tería, pero la realidad no cumple con las expectativas. Junto a un artista como Camedor, Películas tiene una estética que se apoya demasiado en el pasado, lo que puede ser un arma de doble filo: recrean de manera magistral un sonido, pero el resultado termina demasiado anclado a un período de tiempo específico.
Las piezas son largas, pero no autoindulgentes, aunque algunas partes se extienden hasta la redundancia, y justo cuando pareciera que el dúo podría estar llevando su dinámica hacia nuevas direcciones, optan por cortar el track. El resultado es un conjunto de canciones que, aunque lejos de ser aburridas, se convierten en una experiencia soporífera con repentinos momentos de lucidez.
"Horizonte de Sucesos.", el corte más largo del álbum, muestra al dúo explorando diferentes variaciones sobre el mismo tema, dándole dinamismo al track. Podemos nota cómo evoluciona hacia algo hermoso a medida que el ostinato inicial toma diferentes formas y texturas hasta desparecer; la canción se vuelve irreconocible a medida que avanza, por lo que es uno de los pocos momentos en los que Películas logra hacer que una canción se sienta viva y se reproduzca como una experiencia completa en sí misma y no sólo como una parte de algo más grande. "Horizonte" tiene tanto poder emocional y su metamorfosis es maravillosamente compleja, que el álbum podría haberse compuesto sólamente de este corte y habría tenido más impacto.
Dudo que esta sea su primer intento de hacer kozmische muzik, pero en algunos casos, se siente así; en otros, lo que el dúo logra crear es realmente emocionante, aunque anticuado. Películas se siente como una onírica máquina del tiempo que, por ahora, sólo parece ser capaz de llevarnos al pasado, pero el viaje vale los pocos baches en el camino y el destino familiar.
SCORE: 7.6
Tripticks Tapes
Patrick Shiroishi - Resting in the Heart of Green Shade
El saxofonista de Los Ángeles, Patrick Shiroishi, estrena un álbum en solitario bajo el sello Tripticks. Shiroishi siempre ha llevado la antorcha del lado más vanguardista del jazz con su forma de tocar altamente expresiva, suelta y muy personal. Sus líneas pueden ser explosivas y meditativas, pero siempre tienen una energía desesperada única, muy en línea con el estilo de Kaoru Abe.
La habilidad y el conocimiento de Patrick de los instrumentos que toca le dan matices al álbum. "Words Turn into Stone" tiene un intermedio casi silencioso después de un estallido ruidoso, en el que podemos escuchar la respiración de Shiroishi más de lo que podemos escuchar el instrumento en sí. En "Orange Pedals", la aparente serenidad que se muestra al principio se rompe con notas chirriantes que van y vienen, creando una dinámica de tensión y liberación que le da cuerpo a la canción.
Resting es crudo e íntimo, es una representación directa de las emociones de Patrick que evita ser un ejercicio histriónico y melodramático. En cambio, Shiroishi no teme depender de la tensión y la disonancia para acompañar la melancolía general que estas piezas desprenden. No es una obra oscura ni descorazonadora, pero la entrega es tan visceral que su núcleo emocional puede ser lo que queramos que sea; puede transmitir ansiedad, enojo, tristeza o euforia. Sin embargo, una cosa es segura, sea cual sea la emoción que proyectemos en ella, será absoluta y extrema, ya que Patrick se entrega totalmente.
SCORE: 7.7
VASCO TRILLA - Unmoved Mover
El percusionista Vasco Trilla ofrece una experiencia meditativa guiada por vibraciones metálicas etéreas que se sienten casi coloridas. Unmoved Mover es psicodélico en el verdadero sentido de la palabra y todo gracias a su entrega contenida y delicada; lo que nos está dando no es necesariamente nuevo, pero se siente fresco, pero lo más importante, tiene un toque sagrado porque todo se logra orgánicamente, y a eso se debe su naturaleza psicodélica.
Hay una interacción tímbrica que le da profundidad y volumen a estas piezas; con sus tonos metálicos altos y medios, los timbales y gong brindan una sensación de cercanía, resonando sin cesar en nuestras cabezas, mientras los tambores resuenan en un registro bajo, sus vibraciones son absorbidas por nuestras regiones bajas como si estuviéramos siendo escaneadas por el sonido. Incluso los momentos más agresivos son hipnóticos: como nos golpean todas las frecuencias a la vez, el efecto es más envolvente que repelente, como se muestra maravillosamente en "Nous".
Últimamente he tenido casos severos de ansiedad nocturna y este álbum logró traerme calma, y quizás por eso estoy siendo tan romántico al respecto. Pero además de la delicadeza en la ejecución de Trilla, está la excelente producción, que permite que todos estos sonidos brillen o sean tan cavernosos como sea necesario, lo que resulta en una experiencia muy vívida y táctil. Este es un álbum que se puede procesar tanto emocional como racionalmente, pero como sea que lo abordes, hazte un favor y asegúrate de que todo tu cuerpo participe en la experiencia.
SCORE: 8
Sweat Wreath
por Sebastián Franco
Double Vanities - How Come Your Sister Doesn’t Know My Name Anymore
Matthew Goethe, es un poeta y músico basado en Atlanta, Georgia y que, bajo el nombre de Double Vanities, se encarga de crear pasajes melódicos y disonantes desde una visión folklórica y extraña que se fusiona en instrumentaciones cercanas a lo místico.
Con How Come Your Sister Doesn't Know My Name Anymore, Goethe se ve encontrado con arreglos orgánicos pero a la vez lógicos y coherentes que encajan a la perfección uno con el otro. Desde su voz desgarrada y las palabras que se vuelven casi inentendibles con el paso de las canciones pero que por sí solas, transportan al escucha a bosques llenos de humedad y niebla.
Ejemplos de esto sobran en la placa, como lo pueden ser “Black Coral” el segundo track del disco, donde la grave voz de Goethe recita pausadamente lo que pareciera una proclama del siglo XIX, mientras en baja calidad una viola disonante procura acentuar el trasfondo de la canción con la precisión exacta para acompañar una antigua historia folclórica, mientras se escucha de fondo las capas de caos casi cacofónico que pareciera comerse el espacio y el silencio.
Otro ejemplo es, “Kansas Power Mower” donde de nuevo, la viola sufrida se fusiona a un letárgico cello, los cuales hacen entre sí un baile de cadencia lenta y lúgubre, mientras Goethe de nuevo recita una historia que pareciera antigua y poco entendible. De tono casi ceremonioso, la mística con la que Goethe adorna Double Vanities, se vuelve un sello imprescindible toda su placa y esencial en los 7 tracks del disco, o como lo puede ser “Good Brisk Blues” donde la guitarra aparece y recuerda irremediablemente a ese sufrido juego de acordes de Robbie Basho, John Fahey o incluso contemporáneos como Bill Orcutt pero, a pesar de que estas influencias sean rastreables, Goethe hace de esto, una liturgia única, y prescindible de dichas referencias.
How Come…, es un disco que rescata tanto la tradición de la música antigua folklórica, como la misma herencia experimental con la que logra empatar en este material. Un disco que busca ser una experiencia transdimensional, más allá de solo un disco simple, sino al contrario, crea espacios entre pieza y pieza que, se van formando en complejos recuerdos de otros tiempos y otras vidas.
SCORE: 8
Xenoglossy Productions
Sacrilegious Crown - Plenilunium Cult
Otro gran lanzamiento del sello italiano de black metal, Xenoglossy Productions. Sacrilegious Crown no es nuevo en el juego; esta es su séptima producción, y siempre ha logrado ser consistente en cuanto a calidad y sonido. No hay mucho en términos de "crecimiento técnico"; este no es un álbum donde el riff sea rey, pero en cuanto a textura y atmósfera, su reino es vasto.
Un entorno atmosférico es algo común en el black metal, pero Sacrilegious Crown logra un sonido masivo y texturas claras, a pesar de su producción austera. Sin sonar completamente trastornado o violento, la ejecución de κενός agrega mucho peso debido a la angustia que surge de sus riffs aletargados. Al preferir acordes completos en lugar de líneas serpenteantes con tremolo picking, SC crea muros masivos que se van cerrando, amenzando con dejarnos atrapados entre ellos.
Definitivamente, SC sigue una fórmula, pero está bien ejecutada y tiene personalidad. Se puede comparar con otros artistas, pero lo más probable es que la lista de referencias incluya una amplia gama de proyectos que tienen su propia voz. Podemos notar el efecto hipnótico de los pioneros Darkthrone, la ambientación de un lanzamiento de LLN (sin ser tan avant-garde), la melancolía agresiva de Hate Forest, etc. Sin embargo, SC no suena exactamente como ellos.
La guitarra principal del primer track, por simple que sea, contiene mucha emoción, y esto es una constante a lo largo del álbum; logra establecer estado de ánimo en el que las emociones se pueden sentir libremente en lugar de ser impuestas. El álbum fluye principalmente como una sola canción hasta que llegamos al final, donde una inquietante pieza ambient lo-fi nos encierra en un calabozo mal iluminado, probablemente para siempre; la sensación de cierre es inquietante, pero hermosa. Sacrilegious Crown logró más con recursos limitados que la mayoría de los artistas ambient con equipos costosos y una producción limpia.
SCORE: 8.2
Sahel Sounds
Wau Wau Collectif - Yaral Sa Doom
Es raro que un artista -o un grupo- pueda fusionar diferentes géneros sin llegar a ser un mero collage, pero Wau Wau Collectif logra mezclar muchos estilos dando como resultado un rico conjunto de canciones que, a pesar de su extenso rango estilístico, fluyen cohesivamente entre sí. Esta característica es doblemente impresionante considerando que estas pistas son interpretadas por diferentes músicos.
Yaral Sa Doom tiene una cualidad utópica y onírica. El sonido está en algún punto entre lo-fi y pulido (el resultado de intercambiar archivos de audio a través de Whatsapp para ser masterizados en un estudio profesional) y está lleno de esperanza gracias a ese aire de convivencia generado por la naturaleza colaborativa y bohemia de su origen. (Por razones de espacio, no podemos entrar en detalles, pero puede consultar la historia completa en los liner notes).
La variedad del álbum no tarda en mostrarse: desde los tres primeros tracks, pasamos de un dub ensoñador a algo más tropical y optimista, luego a un corte más austero con dinámica de llamado-respuesta entre el cantante y sus hijos, rodeados de arpegios cristalinos que se desplazan de un lado a otro. Las dos últimas piezas se conectan entre sí gracias a una flauta que perdura después de que termina el funk relajado de "Si Tu Savais Jute", allanando el camino para el enfoque más vanguardista de "Legi Legi"; la canción se siente como un sueño por cómo va y viene, agregando y quitando elementos, cambiando la voz y terminando con lo más cercano a una cacofonía que encontraremos en un álbum tan wholesome como este.
Incluso en su momento más melancólico (“Gouné Yi”), Yaral Sa Doom mantiene una actitud esperanzadora. El corte tiene un ligero tono de balada psych de los 70s (me recordó un poco a "Solitude" de Black Sabbath), lo que la convertiría en la canción más sencilla, pero aún así, su mero impacto emocional puede incluso convertirla en una canción destacada; no obstante, en Yaral Sa Doom éstas sobran.