Diez lanzamientos que van de lo aceptable a lo magnífico (según nuestros oídos).

B L A C K I E... with spaces and all caps - Face the darkness II

Dejemos esto fuera del camino: sí, B L A C K ​​I E comparte cierta estética con Death Grips, pero la principal diferencia radica en su enfoque de las pistas de acompañamiento que sirven como muro de contención para la entrega de voz cruda. Death Grips a veces suena como si MC Ride estuviera gritando cualquier cosa sin tener en cuenta los sonidos que lo rodean; B L A C K ​​I E tiene un sonido más unificado, incluso si esto a veces le quita a la música una sensación de espontaneidad.

En Face the Darkness II hay una fórmula muy, muy clara, a veces haciendo que el álbum sufra por ser un poco redundante, pero la intensidad es lo suficientemente fuerte como para mantenernos alerta. La batería cae dentro de la misma dinámica cada vez que comienza un coro (ritmos sincopados que coinciden con las inflexiones vocales) y, en general, los mismos sonidos se hacen presentes una y otra vez, pero la entrega desquiciada de B L A C K I E, que podemos imaginar se acerca a sus tan elogiadas presentaciones en vivo, logra convertir esos defectos en algo mínimo. Sus gritos resuenan en algún punto entre aquellos márgenes más crudos del metal y el hardcore típico, lo que añade mucho peso a los instrumentales; hay partes en las que la voz se quiebra y apaga debido a toda la fuerza de esos gritos, lo cual comprueba que B L A C K I E se entrega a su arte sin importar el contexto.

SCORE: 7.2

Sofía Bertomeu - Spices

La productora española Sofía Bertomeu presenta una colección de piezas que no llegaron a ver la luz por completo el año pasado, que muestran sus habilidades para crear temas aparentemente simples que están llenos de detalles, así como la amplia gama que puede hacer que componer se relaje. Desde piezas de estilo indietronica de principios del 2000, hasta grandes bateadores casi industriales y con fallas.

Estas pistas son, en su mayor parte, composiciones de electrónica bien portada que no reventarán tus bocinas, y tampoco son lo suficientemente extrañas o extremas como para sacarnos de nuestras casillas; en algunos casos, nos recordarán a los momentos más accesibles de Aphex Twin o las exploraciones sonoras más ásperas de alguien como de The Album Leaf, pero Sofía nunca se aparta demasiado de ese término medio.

No obstante, esto está lejos de poder considerarse como una zona de confort, pues se siente más como una elección consciente tomada por la artista. Esto lo podemos deducir por los grandes detalles sonoros con los que dota a todas sus piezas: si quisiera ser completamente accesible y prescindible, se abstendría de ciertas maniobras de producción, o de temas como "2020 Spices", pieza indiscutiblemente destacada por cómo exhibe los dos lados de Sofía, mezclando lo abrasivo y granular con lo pulido y brillante, con mucho equilibrio.

El disco mantiene su momentum, que es otra de las fortalezas de Bertomeu: sabe ordenar sus temas para que su rango pueda apreciarse plenamente. El duro ataque de "2020 Spices" se sitúa estratégicamente entre la oscura y onírica "Beauty Before the Fire" (que puede explicar su título) y la igualmente etérea "Probability". Spices acaba en un tono más abstracto y oscuro, con un track que atinadamente se siente como si hubiese sido puesto allí con el fin de brindar un cierre y no por casualidad. Sofía sabe perfectamente lo que hace, pero, su cualidad más grande es hacer que se sienta encausado y natural.

SCORE: 7.5

SAJJRA - UCHURACCAY

Inspirado por los horribles eventos que surgieron del conflicto entre el Sendero Luminoso y el ejército estatal peruano, Christian Galarreta (Sajjra) había estado desarrollando “Uchuraccay” desde hace bastante tiempo (hasta 2004). Una pieza sonora conceptual que refleja fielmente el estado de constante miedo y desesperación que los eventos bélicos provocan en todos, excepto en las mismas personas que los inician. “Uchuraccay” presenta gritos penetrantes y repentinos que se apagan lentamente; su anatomía está formada por una estructura metálica que apenas puede moverse, emitiendo traqueteos e inquietantes sonidos que a veces surgen de la nada, retumbando como disparos repentinos. Es curioso cómo la pieza puede sentirse tan minimalista a pesar de todos los elementos que la componen, pero eso es lo que le da tanto peso, sobre todo a la mitad, en la que la cadencia pausada es atacada por una descarga disonante que acaba con un drone que se desvanece lentamente con un aire lúgubre. El conflicto llegó a su fin, pero ¿a qué costo?

Por el contrario, “SIRINU WAYRA TANQANAKUY (Emisiones otoacústicas del viento)” tiene un origen más pacífico -grabaciones de campo procesadas- que crean un estado de trance; el objetivo es inducir alucinaciones auditivas mediante el uso de una configuración muy específica de ecualización, para resaltar matices ocultos a medida que avanza la pieza. Si pude llegar a ese estado usando mis auriculares no tan buenos (hay mejores en camino), sólo puedo imaginar cómo se mejorará la experiencia general con un sistema de sonido de buena calidad. “SIRINU” no es completamente relajante, pero en comparación con la pista anterior, es lo más cercano al sosiego de lo que vamos a estar. Hay una presencia misteriosa y fantasmal fluyendo a través de este track: podemos sentir la paz pero también la soledad de los espacios que fueron capturados sonoramente por el artista.

Ambas piezas son muy expresivas y logran crear una experiencia completa en lugar de proporcionar un simple entretenimiento; Christian tiene como objetivo alterar nuestra percepción y afectar nuestras emociones, aunque esto último sólo puede suceder con la primera pista, ya que “SIRINU” tiene un enfoque más cerebral. No obstante, nadie saldrá ileso de esta experiencia.

SCORE: 7.7

Jeremiah Cymerman/Charlie Looker - A Horizon Made of Canvas

Un álbum que induce a los nervios, que parece que debería ser la partitura de una película artística slasher. A Horizon Made of Canvas se mueve con paciencia depredadora: el piano de Looker es disonante y su cadencia pausada lo hace sonar como si estuviese intentando esconderse después de cada paso que da mientras acecha a Cymerman y sus clarinetes, los cuales suenan desesperados y erráticos, casi como si supieran que están siendo vigilados.

Esta es una experiencia sombría que, en lugar de optar por el típico drone con texturas misteriosas sin forma reconocible, tiene sus elementos a la vista: el piano, los clarinetes y la guitarra suenan como deberían, pero son ejecutados con un toque amenazador y tembloroso, sin miedo a mostrar su lado oscuro.

Estas son piezas improvisadas, por lo que ninguna pista sigue un patrón específico, sin embargo, nos guía un extraño sentido de dirección. La comunicación de Looker y Cymerman está impulsada por la desconfianza y la precaución, pero crea un maravilloso entorno noir.

SCORE: 7.9

Frida V. de la Sota - Clarinete en Cuarentena

La pandemia realmente ha aumentado la sensación de intimidad de las grabaciones caseras; todos compartimos este encierro colectivo y nos hemos acostumbrado tanto a los límites de nuestro espacio, que las canciones se sienten como si estuvieran siendo tocadas en nuestra sala. Este es el caso del último lanzamiento de Frida V. de la Sota, el cual está lleno de vívidas piezas que van desde colaboraciones hasta interpretaciones en solitario, tomando tanto un enfoque clásico como contemporáneo (en el segundo tema, Frida se fusiona sonidos del exterior con lo que está tocando en su instrumento).

El clarinete ya tiene un timbre hermoso por sí solo, pero la interpretación altamente expresiva de Frida realza su belleza natural, lo que hace que las piezas más tradicionales brillen en lugar de simplemente sentirse como una interpretación tiesa en manos de un/a música/o competente: el track abridor es pura belleza polifónica que se fusiona lentamente en una línea monódica. Sin embargo, Frida no teme explorar técnicas extendidas y ligeros procesamientos electrónicos para sacar diferentes sonidos de su instrumento como podemos escuchar en "La rana que tomó el té". La última pista se siente como un masaje auditivo, no por su cercanía (es una pieza ASMR), sino por la forma en que se mueve suavemente de un lado a otro.

Clarinete en Cuarentena es un disco que brinda una experiencia fácil de escuchar, pero está lejos de ser vacía. La versatilidad mostrada por Frida le coloca en una posición privilegiada para poder atender a un público tanto clásico como alternativo: se encuentra en un punto medio, a salvo de las tendencias, pero también lo suficientemente lejos de las tensas garras del tradicionalismo.

SCORE: 8

Pedestrian Deposit - Nostalgia 2000-06

Tres horas del harsh noise matizado por el que Pedestrian Deposit se ha hecho de renombre. En su mayoría, se trata de material no compilado e inédito de cuando el proyecto todavía era unipersonal. A pesar de toda su intensidad y dureza, el álbum en realidad pasa (relativamente) rápido; después de todo, tres horas son tres horas, sin importar cuán agradable sea la experiencia. Este es un vistazo a una fase previa, una más caótica, sin sentirse como un ejercicio barato para capitalizar con la nostalgia; la compilación no se siente redundante o innecesaria -de hecho complementa la discografía oficial- ya que arroja algo de luz sobre la evolución en solitario de Jonathan Borges y la inminente incorporación al proyecto de Shannon A. Kennedy (Nephila).

A lo largo del álbum, encontraremos la estética típica del harsh noise: frecuencias aglutinadas chocando entre agudos y graves, feedback desquiciado, y esas encantadoras texturas guturales que suenan como si alguien (o algo) estuviese regurgitando un alambre de púas oxidado y electrificado; sin embargo, también encontraremos cortes más suaves que logran bajar la adrenalina, sin dejar de ser fundamentalmente agresivos.

Para los puristas (es decir, la gente ridícula que odia Pulse Demon sólo porque es famoso), los matices son una aberración; para otros, es un signo de crecimiento y evolución, pero lo más importante, es el resultado inevitable de tratar de llevar las cosas más lejos, sin tonificarlas o simplificarlas. Todas las pistas aquí son "buenas", pero las que realmente brillan -a pesar de sus texturas decadentes- son aquellas que presentan más de lo que se espera de estas prácticas (anti)musicales.

SCORE: 8

Evitceles - Black Leaf

Un álbum engañoso del productor búlgaro Etien Slavchev. Black Leaf suena más a una recopilación de diferentes artistas que a un álbum bajo un sólo mote. Esto no quiere decir que por un momento estemos escuchando electrónica oscura con toques dub, y de la nada pasemos a un empalagoso bubble-gum pop, pero hay momentos en los que tenía que revisar mi reproductor sólo para asegurarme de que estaba escuchando el mismo álbum. No obstante, podemos encontrar un común denominador en la excelente producción, que se siente lo suficientemente espaciosa como para permitir que esas sombrías reverberaciones y ecos se muevan libremente, como fantasmas de una bodega abandonada donde bulliciosos raves solían suceder.

Comenzando con piezas dark ambient, Black Leaf se dispara después de la tercera pista. Hay una influencia muy fuerte de géneros como dubstep, jungle, drum n bass e industrial, pero Evitceles se las arregla para evitar sonar como una copia descarada de cualquier artista específico o para evitar sonar caduco o estancado. Sí, hay partes que nos recordarán a Pan Sonic ("Hydrogenic Murder") o Kode 9 ("Sink", "Private Rage"), pero eso es más un testimonio de la importancia y legado de esos artistas más que una señal de falta de creatividad por parte de Etien.

Sin dejar de serle fiel a sus impulsos oscuros, Etien es capaz de brindarnos una experiencia matizada que no se siente opresiva todo el tiempo; incluso hay una pista que es sólo un bajo con un poco de delay y reverb, y "The Night Heals My Burning Chest", tiene un ritmo pulsante que suena distante, poniendo un sample y una línea de sintetizador brillante al frente. Evitceles tiene un filtro muy distinto a través del cual se procesan sus influencias, y su rango es impresionante. Puede que Black Leaf no tenga el flujo más cohesivo, pero eso no es problema, ya que se siente más como la banda sonora para un filme... la trama dependerá de tu humor en el momento, pero sin duda será una historia intensa.

SCORE: 8.2

V/A - I Hope This Finds You Well in These Strange Times Vol. 3

Una recopilación que muestra los talentos de diferentes compositores/as modernos/as, que van desde la música clásica contemporánea hasta la experimentación electrónica, el arte sonoro, el contrapunto coral entre otras prácticas. Esta es la tercera entrega de una serie que comenzó desde que comenzó la pandemia, y es tan variada e interesante como los capítulos anteriores; sin embargo, como es el caso de la etiqueta suiza, incluso los cortes más radicales se inclinan más hacia la experimentación bien portada. Esto no supone que todos los aportes son blandos o desdentados, pero tampoco debemos esperar sentirnos abrumadas/os por prácticas demasiado extremas.

Este es un ecléctico conjunto de piezas en donde ninguna defrauda. Abriendo con una composición para la voz y terminando con una misteriosa pieza sonora, I Hope This Finds You Well fluye de manera elegante, evitando la monotonía, mientras mantiene una cierta estética dentro de todo su eclecticismo.

La pista de John Richards, con su efecto andrógino en la voz y los glitches que la rodean, suena como si pudiese haber sido lanzado en Posh Isolation; Lola de la Mata explora texturas ásperas, mientras que Hyperdawn es una electrónica abstracta impulsada por samples y grabaciones de campo, en la misma línea que Arca o Yves Tumor. También podemos escuchar enfoques más "tradicionales" como las cuerdas de Robert Bentall y las exploraciones de textura y timbre de Reylon/ mantawomxn.

Hacer una compilación en la que todas las contribuciones sean consistentes en cuanto a calidad es bastante difícil, pero esta hace que parezca una tarea sin esfuerzo.

SCORE: 8.3

Sonologyst - Dust of Human Race

Otra entrega inquietante del artista sonoro, curador y fundador de USG y todas sus subsidiarias, Raffaele Pezzella. Esto podría verse como la continuación de sus ensayos sonoros sobre cómo se experimenta y procesa la muerte a través de diferentes culturas, tema que investigó para su álbum Ancient Death Cults and Beliefs (Cold Spring) del año pasado. Este no es territorio nuevo para el artista, por lo que tiene bastante control: podemos escuchar su mezcla habitual de samples misteriosos, sonidos procesados, arreglos complejos y estructuras conectadas, pero, como siempre, es capaz de dotar a su trabajo con suficiente sentido de crecimiento como para hacer sentir que estamos mirando hacia adelante y no hacia los lados cuando se trata de su catálogo general.

A diferencia de su álbum anterior, Raffaele no pretende agobiarnos al encerrarnos en un ambiente enclaustrado; estas piezas tienen una estética similar a Phantoms (2019) en que se sienten espaciosas, pero la temática es más que suficiente para convertirlo en una experiencia pesada. No obstante, por más oscura que sea su obra, Raffaele mantiene todo muy bien equilibrado. Como dijo una vez Martin Eric Ain: "Hay muchos, muchos tonos y colores en la oscuridad además del negro", Raffaele sabe cuándo atacar y cuándo dejar que la tensión se acumule con mínima intervención de su parte en lugar de ceder a los clichés de aspereza y disonancia para crear desasosiego.

A lo largo del álbum, pasamos de lo etéreo, creado por el intrincado diseño de sonido, a lo terrenal, representado a través de samples que anclan nuestros espíritus errantes al plano físico incluso si estos clips presentan escenas mórbidas: En "Chiangimuerti", podemos escuchar la antigua práctica de "dolientes profesionales” que lloraban y cantaban en el velorio de cualquier persona. Gracias al cuidadoso enfoque de Raffaele, nos ahorramos una experiencia demasiado dramática; las texturas sonoras que rodean a los samples son discretas y mínimas, y se basan más en el misterio e intriga que en repentinos -aunque predecibles- sobresaltos.

SCORE: 8.4

I N S T I T U T R I C E - Cohortes

Un estudio de ritmos y texturas que combina instrumentos de percusión étnicos con utensilios de cocina e intensidad punk. Los sonidos en Cohortes no están tan manipulados, pero se trata más sobre cómo se usan todas esas herramientas de una manera diferente a la que estaban destinadas, con la intención de mostrar sus posibilidades tímbricas. INSTITUTRICE a veces suena como un proyecto de arte sonoro y a veces se sienten como un mini Einsturzende Neubauten por la fuerza con la que golpean todos estos objetos que se encuentran frente a ellos.

Cohortes tiene una naturaleza dual, en el sentido de que la experiencia puede sentirse ritualística, dictada por impulsos primarios y profundos, pero también resulta metódica y calculada. Cada lado se complementa y todo converge a la perfección con estruendo y la delicadeza. En un minuto podemos sentirnos abrumados por la profundidad y la nitidez de las resonancias metálicas, pero hay algo en la manera en que el sonido decae que trae paz; al minuto siguiente podemos estar escuchando objetos siendo manipulados que alivian con sus texturas amplificadas.

Todo lo que hace este dúo se logra de manera orgánica, por lo que un enfoque prístino para capturar las pistas fue primordial. La claridad de la grabación realmente resalta las propiedades de cada instrumento y objeto; incluso si no podemos reconocer completamente qué es lo que emite ciertos sonidos, hay una sensación de lucidez en todo momento. Podemos imaginar la configuración más mundana y austera o los mecanismos más complejos que desencadenan lo que estamos escuchando; si bien esto está destinado a ser absorbido como un todo, hay algo en tratar de dividirlo, creando así una experiencia interactiva.

SCORE: 8.5