Sinfonía de Herodes
Sinfonía de Herodes EP
SCORE: 2 Claudios de 10
A pesar de ya llevar tiempo tocando, Sinfonía de Herodes no puede escaparse del tan temido sonido de una banda de covers para algún bar, o peor aún, el de una banda primeriza.
Hace unos días visité un bar de la ciudad, pero no logro recordar el nombre. Tengo vagas reminiscencias del olor a cigarro, la cerveza y la música que sonaba desde un sistema de sonido de calidad estándar. El lugar se encontraba completamente solo salvo por una pequeña felina que rondaba libremente entre los asientos vacíos. Recuerdo haber pensado ¿quién deja que los animales se queden en su bar? pero al ser un empedernido cat lover, no me quejé.
El lugar no contaba con una barra ni con un bartender. Todo parecía indicar que, quien fuera llegando debía tomar una cerveza del minibar situado cerca de la entrada. La bizarra situación en la que me encontraba desviaba mi atención de la banda que musicalizaba esta extraña escena. Sin embargo, pude percibir una voz forzada que sonaba un poco a Claudio Valenzuela que enunciaba: “Fue tan fácil decir que no te daba lo que necesitabas// y del suelo tuve que juntar los pedazos de mi corazón” (wow) sobre una base rítmica que ya había escuchado miles de veces antes y unos sintetizadores expelían radiantes acordes que resplandecían cómicamente, como si vinieran de un disco de rock en español grabado en los ‘80s o ‘90s. Después de ese outro lleno de “Woah-woah//Yeeeeeeeah” sentí seguridad, pues fue con eso que pude confirmar que sí me encontraba en un bar, ya que música así de estándar y con elementos tan caducos, no podía pertenecer a otro tipo de entorno.
Lo que pude identificar como la última canción llegó a su fin. Sin embargo, seguirle el paso al set que los músicos tocaban era difícil, pues todas las canciones tenían la misma estética: todas parecían pertenecer una colección de b-sides que Lucybell rechazó por sonar demasiado forzadas y sin substancia. Para mi sorpresa, al disiparse el estupor creado por el humo y el alcohol, me di cuenta de que no me encontraba en algún bar en las entrañas de Tijuana (¡plot twist!) sino en mi propia casa y lo que acababa de escuchar era el uhm… nuevo EP de Sinfonía de Herodes.
Las bandas locales tienden a caer en tres categorías: las que imitan a sus ídolos casi hasta el punto de parecer un tributo, las que intencional y voluntariamente hacen tributos, y por último están las que le dan al clavo desde el principio con un sonido propio que cada vez se va tornando más y más reconocible. Sinfonía es una de las primeras, pero con la mentalidad de estas últimas.
No parece que estén imitando a alguien en especifico, sin embargo su sonido está a años luz de ser propio y aún así, la banda cuenta con una actitud que es equiparable a la de alguien que acaba de descubrir o inventar algo relevante para su campo. No lo hacen de manera arrogante, simplemente parecen no estar al tanto de su falta de originalidad. Da la impresión de que, por añadir texturas electrónicas a su lánguido soft-rock, el conjunto creyera estar creando algo moderno y novedoso, cuando en realidad suena a que llegaron bastante tarde al party. Piensen en el meme de Internet Explorer, donde este orgullosa e inocentemente nos informa sobre algo que ya tiene mucho tiempo de haber pasado. ¡Hola amigos! Esta banda acaba de sacar su primer disco, se llama: La Era del Terror, por Los Amantes de Lola. ¡Escúchenlo! ¡Súper recomendado!
Todos (y debo hacer énfasis en TODOS) los tracks tienen esa estructura de lo que constituía un hit de radio hace ya muchos años… cuando la gente aún escuchaba la radio. Sólo hay que escuchar el coro del primer tema (“Viuda negra//Seré tu esclavo”) para darnos una idea de lo que la banda pretende, pero también terminará confirmando por qué nunca va a funcionar. Si esta dinámica -cantar el título de la canción durante el coro- se quedara sólo en “Viuda Negra”, podría tomarse como si la intención fuese promocionar esa canción como un sencillo, pero esto se presenta en cada uno de los temas del EP haciendo que estén a casi nada de tener un cartel con la leyenda: ¡MIREN! ¡TENGO TODO LO NECESARIO PARA PEGAR!
Sí, esto se trata de un demo, pero Herodes no es una banda nueva y el problema realmente no radica en la calidad de la grabación, sino en la música como tal: obviamente las piezas se sienten crudas y vacías en algunos casos, pero en cuanto a su ensamblaje no se sienten incompletas y lo último que necesitan es ser sometidas a un lastimero proceso de sobreproducción, pues terminarían sonando (aún más) sintéticas.
Nunca en mi vida me vi poniéndome del lado de proyectos como CLUBZ o Sotomayor (que pareciera ser el sonido al que aspira esta banda), pero al menos estos tienen la distinción de contar con una visión clara y, en el caso del dúo fraternal, hay un interés por la fusión de diferentes ritmos y estilos para crear una identidad propia (que lo logren es otra historia); en cambio, por más profesional que sea su setup y por más competentes que sean sus integrantes, Sinfonía de Herodes no puede escaparse del tan temido sonido de una banda de covers para algún bar, o peor aún, el de una banda primeriza a pesar de ya llevar bastante tiempo tocando.
SIGUE BUSCANDO:
El Alma de la Máquina