LA SEMANA DEL... ¿TÍO RAY? (vol. Ø)
por Claudio Tapia
Alguien ha usurpado la identidad del Tío Ray, ya que este mítico ser ha decidido recargar sus energías, hibernando en sus adentros como una especie de Snorlax introspectivo. ¿Cuánto durará ese exilio? Sólo él lo sabe. Lo único certero es que no podíamos frenar esta noble tarea que, semana tras semana, el buen Ray se adjudicaba para traernos un poco de felicidad.
Unos le han visto meditando en la Zona del Silencio, otros le han visto participar en ceremonias chamanísticas en medio del desierto Mojave. Ayer escuché la historia de unos amanecidos que aseguran haberse cruzado con él y haber compartido tragos en alguna fiesta clandestina en la ciudad. Los rumores se contradicen, pero lo cierto es que el Tío Ray se ha levantado momentáneamente de su trono y los dioses del multiverso me han convocado a suplantar su identidad…¡muaaa ha ha ha! (léase con voz de villano doblado a español). El calor y el rush de estos días han derivado en una selección condimentada con un surtido rico de riffs. Prendan sus parlantes, que aquí van las recomendaciones de la semana:
Lunes de San Lunes
OC Hurricanes – The Girl of My Dreams
“Girl of my dreams”
Para un asalariado de estirpe como yo, arrancar la semana es una experiencia similar a cuando de forma desprevenida terminas envuelto en el moshpit. Para incursionar el día, hay quien bebe litros de café o toma su Vive100; mi placebo es iniciar el día con canciones llenas de energía primitiva. Girl of my Dreams es una de esas canciones.
Esta canción llego a mi playlist, cuando en septiembre de 2019 OC Hurricanes fue parte del lineup del Rumble Fest Tijuana. El set de esta banda oriunda de Santa Ana, California, estuvo lleno de energía, sin embargo, cuando ejecutaron Girl of my dreams de inmediato me enganche con ella.
Al igual que arrancar un hot rod, la canción inicia con cinco segundos de bajeo que inmediatamente libera el combustible para el resto de los instrumentos y la lírica. En los primeros dos minutos, la canción ya te está haciendo mover los pies y te tiene navegando en notas de psicodelia, garage y surf rock, tan característicos de los últimos 50s y los primeros 60s. En el minuto 2:02 de la canción, justo cuando tu cuerpo se mueve como una desenfrenada go-go dancer, la banda introduce una energética y mística instrumental con rasgueos rápidos y wet reverbs que rememoran a Link Wray y Dick Dale, y que en consecuencia te hacen pensar si los miembros de OC Hurricanes son reencarnaciones de aquellos que gestaron el surf rock en Orange County.
La pieza no es innovadora (ni creo que se concibió como tal), sin embargo, siempre es bueno tener en tu playlist una canción bien ejecutada, con energía y sin ninguna pretensión más que el disfrute musical.
Martes de la mujer, el vidrio, el tornado y el jardín primitivo.
Cápsula – Rising Mountains
“Mejor no hablar de ciertas cosas”
Antes de Soda Stereo, Los Fabulosos Cadillacs, Los Auténticos Decadentes o Enanitos Verdes, en Argentina existió una banda que abrió camino y sentó los cimientos para todos ellos: Sumo. Si escuchas algo de ellos, podrás encontrar música con producción limitada, pero de muy buena manufactura y con mucho feeling.
En un gesto de tributo genuino a sus coterráneos, Cápsula hace un cover de “Mejor no hablar de ciertas cosas”, una de las obras cumbre de Sumo. No es el único remake de esta canción, pero esta versión es la que más me gusta, ya que logra fusionar las bases de la composición original con la identidad sonora de Cápsula.
Una vez que presionas play y estas arriba del vagón, lo primero que podrás notar es que el latente pulso del bajo se convierte en el corazón de toda la composición, y que, supongo, exigió de más a los tendones de Coni Duchess, bajista de la banda. La canción es una montaña rusa compuesta de riffs propios del rock alternativo y el garage rock, que finalmente son usados como soporte sonoro para trasmitir un mensaje corto, que pareciera sin sentido y simplón, pero que a mi gusto tiene simbolismos y mensajes en clave listos para ser descifrados, sobre todo en una época donde Argentina sufría de la censura propia de las dictaduras latinoamericanas. “Yo tuve la mejor flor, la mejor de la planta más dulce”…. Is that you, Mary Jane?
Miércoles de Plaza
Neurosis – Times of Grace
“End of the Harvest”
Un día un colega de trabajo me preguntó: “¿Por qué te gusta esa música de sillas?” Cuando escuche la pregunta, en mis audífonos sonaba el poderosísimo Altars of Madness de Morbid Angel. Moví uno de mis auriculares y le pregunte “¿Música de sillas?”, y como si él estuviera siguiendo el dialogo de un guión, mi colega de inmediato me contestó: “Sí, wey; esa música suena como si estuvieran estrellando sillas de metal sin sentido”.
Con el tiempo y con ayuda de algunas personas que han expandido mis horizontes auditivos, he llegado a discernir que efectivamente, algunas bandas de metal evitan arriesgarse con nuevos sonidos y sólo intentar sonar más rápido, más guturales y terminan pues, todas sonando igual, como “sillas estrellándose”.
Neurosis es una banda que se ha mantenido en mi playlist. Actualmente, su línea sonora no ha sufrido cambios radicales, sin embargo, la banda ha sido pieza clave en la evolución del metal, logrando gestar nuevos horizontes y líneas de influencia sonora, todo ello, gracias a sus riesgos en la experimentación y su conflicto con el status quo.
“End of the Harvest” es una de las piezas que conforman el LP Times of Grace, que sin lugar a dudas marco un parteaguas en su sonido. La canción abre con unos segundos de ambient que sirven de presagio para lo que viene. Cuando esta niebla de va difuminando, se escuchan un juego de redobles y rasgueos aislados, como si se escucharan las respiraciones de jinetes prestos para la batalla. En forma progresiva, los riffs y los redobles se van entrelazando y finalmente, cuando todo está sincronizado, se libera la caballería junto a una lírica enunciada en un tono grueso y obscuro. El brío de la canción es incontenible, pero la banda logra mantener la energía de la melodía en un ritmo cadencioso, asemejando a un ejército romano que mantiene el orden dentro del caos de la batalla.
El cierre de la canción viene en dos tiempos. Primero, como en las viejas batallas, la banda inserta un intermedio con una atmósfera desoladora, que sirve para reposar la energía contenida, pero a la vez prepararse para la siguiente ronda. Y tal como se predijo, finalmente el clímax llega: Neurosis acelera el tempo y lanza sablazos de distorsión indiscriminados y repetitivos que resuenan en tu cerebro y que hacen que tu cabeza se mueva al ritmo de cada riff. La niebla regresó, la batalla ha terminado.
Jueves de resignación
Vaya Futuro – El Hombre Sin Cabeza y La Danza de los Resignados
“El Hombre Sin Cabeza y La Danza de los Resignados”
Antes de perder la gracia del Santísimo, Iluminado y Magnánimo Jefe Editorial, hubo tiempos en los que descendía a los sótanos para ilustrarme en las artes de la apreciación musical. En una de estas sesiones, le comenté al Iluminado que, a mi parecer, Radiohead era una banda sobrevalorada y que no lograba entender cuál era la base de adoración y obsesión de tantos fans al nivel mundial. Además de soltarme un revés, el Maestro me comenzó a explicar algunos conceptos y me asignó tres melodías para revisar lo platicado.
Una de estas canciones fue “El Hombre Sin Cabeza y La Danza de los Resignados” de la agrupación tijuanense Vaya Futuro. Esta canción la estuve oyendo por casi cinco días seguidos, y fue como progresivamente empecé a valorar el uso de arreglos y de las estructuras melódicas. Al final de la semana, tuve la oportunidad de escuchar esta canción con el objetivo de disfrutarla, más que de analizarla.
Desde el inicio de la canción, mi cabeza (que aún estaba conmigo) fue arropada con la densa e hipnótica atmósfera que genera la melodía. Los obscuros y pausados riffs, junto a los susurros de la lírica, el sintetizador y las distorsiones de pedales me hacían sentir que iniciaba una caída libre a un pozo de incertidumbre. A mitad de la caída, empiezo a reconocer destellos de luz acompañados de una progresión de arpeggios y una fase rítmica. A lo lejos escucho una sentencia: “Si me agacho cuando me digan que me agache, tal vez me salve”. ¿La desesperanza?...la caída libre no se detiene, pero el disfrute es cada vez mayor. Ahora escucho “Y si me matan porque no quiero agacharme, que en paz descanse”. Al finalizar la canción, me pareció estar frente al final de una película, de la cual no entiendes el final, pero que sabes que cualquier cosa que haya pasado, valió la pena.
Viernes de pagüer
Cardiel – Local Solo
“W&W”
Cardiel es un dúo venezolano formado por Miguel Fraino y Samantha Ambrosio. Si te llegaras a topar con ellos, pareciera que estuvieras frente a un par de monjes shaolin que irradian una vibra serena y llena de reflexión. Sin embargo, una vez que están en stage y asumen sus respectivos roles instrumentales, la cosa cambia: como un Bruce Lee colerizado, los monjes shaolin despliegan todo su qi, paseándote en fusiones de punk rock, stoner rock, fuzz y dub.
“WW” es una canción simple pero poderosa, que definitivamente debe etiquetarse tal cual Cardiel define su música: Psychedelic Fuzz Punk Rock. La canción inicia directo con fuertes y contundentes golpes de la batería de Samantha integrados a los densos y poderosos riffs que emanan de la guitarra y el octavador de Miguel. Esta canción, sólo es una probadita de lo que puedes encontrar con Cardiel.