En la actualidad, cuando se habla de Tijuana como generadora de música alternativa, por lo general siempre se piensa en los mismos proyectos: Ramona, Entre Desiertos, Jardín, Policías y Ladrones, Parque de Cometas, Vaya Futuro o Mint Field, quienes se han hecho de renombre apelando a las necesidades básicas de lo que el público espera de una agrupación. Claro, algunas de estas bandas ofrecen música de calidad y su necesidad de ser escuchados por el mayor público posible no compromete su ambición ni su visión artística; su posición la tienen bien merecida. En otros casos, la intensión de tomar el rumbo fácil para mantener contento al público es bastante manifiesta.

Sin embargo, ignorando el factor calidad (o su ausencia), lo que une a estas agrupaciones es la estética bajo la cual presentan su música, pues esta pareciera siempre inclinarse por inducir y perpetuar el mismo estado anímico. Esto también se extiende a lo visual, pues en muchos casos, los videos parecieran estar dirigidos por la misma persona, las sesiones de fotos se ven igual y los integrantes de diferentes bandas dan la impresión de ser asesorados por los mismos estilistas, pero ¿cuál es la diferencia entre que Ramona y Entre Desiertos compartan guardarropa a todo el conjunto de bandas punk y crust que igualmente parecen estar uniformadas?

Tal vez me estoy desviando, pero al leer entre líneas, se puede apreciar el repetido uso de “misma” o “mismo” como palabras clave, y no se debe sólo a mi nulo talento como “escritor”. No es que se trate de algo inherente a la ciudad, simplemente se están siguiendo modas, pero esa homogeneidad que se proyecta puede crear la falsa noción de que todo lo que salga de Tijuana deba llevar ese adorable sello color pastel, y aunque esta ciudad caprichosa tiende a favorecer lo trendy y muchos de los proyectos más nuevos no ayudan, entre los callejones de sus afluentes avenidas gentrificadas se esconden artistas que retratan un rostro diferente.

¿Qué es lo que mantiene a estos proyectos al margen? En algunos casos, se puede argumentar que es por decisión propia, pues vienen de un background más apegado al punk o al hardcore, y esa ética DIY y de rechazo al mainstream siguen muy arraigados en su esencia. Por otra parte, hay quienes también denotan una falta de interés por ser tomados en cuenta fuera de sus círculos, por el simple hecho de que la música que hacen pasa a segundo plano, pues su enfoque principal está en otras actividades que contribuyen de manera directa o indirecta al enriquecimiento de la cultura musical de la ciudad.

La siguiente es una breve lista de algunos artistas y agrupaciones que, si bien no se puede decir que sean (totalmente) ignorados en su propia tierra, es obvio que aún les queda traspasar varios estratos para llegar a las mismas planicies que sus colegas más populares. De lo que no queda duda, es que la batalla ha sido ardua para -casi- todos. Vivir de la música no es fácil incluso cuando vienes de una posición privilegiada, pues de nada sirve no tener que someterse a las garras de un 9 a 5 y sobrevivir bajo la aparente comodidad de un estilo de vida bohemio, si nadie consume tu música.

A B Y S S A L

Una aterradora bestia de proporciones gigantescas que ya lleva bastante tiempo activa. Sus inicios están marcados por una combinación de doom, sludge con un toque de furia crust. Su evolución los ha visto favorecer un sonido más apegado al funeral doom, con un macabro minimalismo. Misanthrope (2018) es una épica de casi 50 minutos en donde los espacios entre nota y nota resultan desgarradores.

1MFS

1MFS es un proyecto en solitario el cual sigue una fórmula básica: explorar la guitarra y sus posibilidades sonoras a través del uso de distintos efectos. Puede que ya hayamos escuchado bastantes actos similares, sin embargo, hay un cierto encanto en la austeridad y el sonido lo-fi de 1MFS. Otro punto a su favor, es que no teme a salirse un poco de la norma, pues así como sus piezas pueden inducir un estado de relajación en el escucha, también pueden castigarlo con un poco de overdrive y feedback.

HIDHAWK

Collages y demás deformidades sonoras. Hidhawk toma prestado del exterior para crear algo propio. Los elementos que utiliza van desde las grabaciones de campo, loops o incluso puede llegar a intervenir una canción ajena y procesarla hasta que no quede rastro de su identidad.

SOCIEDAD SECRETA DEL VACÍO

SSDV es una agrupación anacronista y paradójica, que tiene como base la fuerza visceral y primitiva del hardcore y el punk, pero con un distintivo toque futurista. Aunque aún no hay material de estudio que logre capturar la energía que esta agrupación desata en vivo, no podemos quejarnos del único EP que existe (hasta el momento) ya que, si bien no cuenta con los frenéticos ritmos estilo Drive Like Jehu-Tera Melos, sí logra plasmar el lado más metódico de esta banda en lo que concierne al uso de distintos efectos y elementos electrónicos.

ÁNGEL PERALTA

Con la habilidad de fluctuar orgánicamente entre los jazz standars, el free jazz, pop, hip-hop, la improvisación, experimentación y una excelente versión jazz de un tema de Radiohead, Ángel Peralta demuestra una envidiable versatilidad, la cual le ha valido ser reconocido como una figura clave del jazz local.

MAURA ROSA

Maura Rosa no es precisamente un proyecto underground dentro de la escena local. De hecho, tampoco se trata de uno que esté tan alejado del sonido indicado en la introducción de este artículo; sin embargo, a pesar de su elegancia y complejidad, aún no pareciera lograr el alcance que muchos de los otros actos tienen fuera de la ciudad. Sus letras son poéticas sin sonar rebuscadas y su peculiar voz la separa de muchas agrupaciones donde la dulzura del timbre femenino excede los límites aceptables o de aquellos donde pareciera que los aportes líricos sólo sirven para presumir el gran rango de quien canta. Maura lo entrega todo sin dar de más.

BRAULIO LAM

Lo mejor del ambient hecho en México. Punto. Lam juega con estructuras amorfas pero armadas meticulosamente. La lucidez de su producción se equipara con la de obras por artistas de renombre y su vasta paleta de detalles brinda una experiencia que no sólo es rica en matices sonoros, sino que también cuenta con una cualidad visual bastante nítida.

GASPAR PERALTA

Sin duda alguna, uno de los proyectos más ajenos a la burbuja de la escena local. Fuera de su presencia en algunas agrupaciones, lo que Gaspar Peralta ofrece en solitario parece no poder encontrar un nicho, pues su trabajo no se apega a ninguna de las estéticas que predominan en la ciudad. Peralta apuesta por el ambient en vez de psicodelia a lo Tame Impala; por el drone en lugar de indie-pop sudamericano; por la improvisación libre y las fusiones electroacústicas en vez de dream-pop o el sonido Mac DeMarco. Todo lo que el joven artista presenta está cargado de una fuerte influencia de compositores tanto clásicos como modernos, lo que hace que su acercamiento a la experimentación sonora cuente con fundamentos que vayan más allá de sólo jugar con pedales de efectos y sintetizadores. Gaspar mantiene vivo el propósito original de la (verdadera) música experimental, y al mismo tiempo lucha por hacerla avanzar.

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